La calle Puerta Cerrada en el municipio Habana Vieja se extiende a lo largo de una decena de manzanas, desde la calle Factoría, en los muros de la Estación Central de Ferrocarriles, hasta la calle Rastro, en las cercanías de la antigua Estación de Cristina.

Calle eminentemente residencial, las humildes casas que se asoman a sus aceras fueron construidas, casi todas, en las primeras décadas de la República.

De la Puerta de la Tenaza a la calle Puerta Cerrada

Originalmente se le conoció como «de la Puerta Cerrada» pues comenzaba frente al Arsenal de La Habana en cuyo extremo opuesto se encontraba la Puerta de la Tenaza, el paso más oriental de la desaparecida muralla.

Esta Puerta de la Tenaza, que se abrió en 1745 entre el baluarte del mismo nombre y el de San Isidro, con rastrillo, cuerpo de guardia y puente levadizo facilitaba la comunicación con el Arsenal que se comenzaba a construir por ese entonces, en los terrenos que hoy ocupa la Estación Central de Ferrocarriles.

Calle Puerta Cerrada en un plano de 1853
Detalle de un plano de La Habana del año 1853 en el que aparece señalado en rojo el recorrido de la calle Puerta Cerrada desde los terrenos cenagosos de la Plaza de la Reina Amalia hasta el Arsenal de La Habana y, en el extremo opuesto la Puerta de la Tenaza.

En 1771, debido a rivalidades entre el Gobernador General y el General de Marina, la Puerta de la Tenaza fue cerrada a cal y canto y se abrió la Puerta Nueva, un paso mejor abocado para el Arsenal. Desde entonces, la vía que conducía a través del barrio de Chávez al acceso clausurado, sería conocida como «de la Puerta Cerrada«, un nombre que con los años se simplificaría a calle Puerta Cerrada.

Irónicamente es la Puerta de la Tenaza (la «Puerta Cerrada»), la de menos importancia y magnificencia, la única de las siete puertas de la muralla de La Habana que todavía se conserva y la que ha devenido en símbolo del desaparecido muro defensivo.