La calle Figuras se extiende a lo largo de una decena de manzanas desde la calle Diaria en la Habana Vieja hasta la calle Belascoaín en el municipio Centro Habana.

Eminentemente residencial, como la inmensa mayoría de las calles interiores de la ciudad, la calle Figuras aumenta, sin embargo la actividad comercial y de servicios en los cruces con las vías principales que atraviesa: las calles Vives, Monte y Belascoaín.

De la calle de la Cañada a la calle Figuras

Originalmente la calle Figuras se llamó «de la Cañada» por el riachuelo que nacía en el barrio de Guadalupe, en las cercanías de Manrique y Maloja, cruzaba la Calzada del Monte (hoy calle Monte) y después corría por ella hasta desaguar en los terrenos cenagosos que colindaban con la bahía, pues en ese entonces, la calle Diaria, que hoy se extiende hasta Chamorro, llegaba sólo hasta Antón Recio.

Esta cañada resultaba un obstáculo difícil de salvar e interrumpía el tránsito comercial, por lo que, a la altura de la calle Gloria, se construyó el llamado «Puente de Armenteros», que finalmente los vecinos terminarían llamando «Puente de la Española», por una señora llegada de la Península que adquirió la mayoría de los terrenos colindantes.

Por el norte, la calle Figuras – que hoy se extiende hasta Belascoaín – quedaba interrumpida en la calle del Campanario Viejo (hoy Campanario), que corría paralela al antiguo Rastro de Ganado Menor que existía entre ella y Belascoaín y cuyos terrenos fueron urbanizados en la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX.

La calle Figuras vista desde la calle Escobar
La calle Figuras vista desde la calle Escobar

Con la desaparición, alrededor del año 1857, del arroyo que corría a lo largo de la calle, el nombre de «calle de la Cañada» cayó poco a poco en el olvido y terminó por imponerse el de calle Figuras.

Según refiere el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring en su obra «La Habana: Apuntes históricos», publicada en el año 1963, se le llamó calle Figuras por unas que existieron en la casa del señor Vicente Segundo, una de las más importantes de la calle en el siglo XIX y a la que se le conocía como la «Casa de las Figuras».

La calle Figuras fue llamada también calle de los Mandigas, por la cantidad de negros de esa etnia que se asentaba a su vera y calle de Peñalver, porque era una de las que enlazaba el antiguo barrio de Chávez con el entonces casi despoblado Campo de Peñalver, al oeste de la calzada de Belascoaín.

La «Esquina del Guarapo»

Monte y Figuras (la «Esquina del Guarapo»)

Como solía suceder con frecuencia con las calles de La Habana, un tramo determinado o un punto específico alcanzaba celebridad por algún hecho puntual, un vecino notable o un establecimiento comercial.

Así ocurrió, precisamente, con la esquina de Monte y Figuras que alrededor del año 1800, mucho antes de que la zona quedara totalmente urbanizada, se hizo célebre con el nombre de la «Esquina del Guarapo», pues en el lugar existía un pequeño trapiche dedicado a la fabricación de la dulce bebida.

Al parecer, y según cuentan las crónicas, junto con al trapiche de Monte y Figuras se levantaba un establecimiento que vendía el guarapo a los numerosos vecinos de la villa que, a diario, iban y venían «del monte» por el que, entonces, era uno de los pocos accesos de La Habana a su zona periférica y agrícola.

Al igual que sucedió con los nombres de «calle de la Cañada» y «calle de los Mandingas«, la mayoría de los habaneros desconoce que por mucho tiempo a la concurrida esquina de Monte y Figuras se le llamó la «Esquina del Guarapo«.