El antiguo Liceo de Guanabacoa (hoy Casa de la Cultura Rita Montaner) se encontraba en la calle Máximo Gómez, No. 59 esquina a Nazareno.

Ocupa una soberbia casona colonial de dos plantas con grandes ventanales y puertas, la cual fue construida para ese fin a mediados del siglo XIX (aunque se modificó de forma notable un siglo después) y fue abierta al público el 16 de junio de 1861 para cerrar una vez iniciada la Guerra del 68 y reabrir tras la Paz del Zanjón.

Contaba el Liceo de Guanabacoa con una bien surtida biblioteca, abierta a toda hora, y amplios salones en los que se sucedían tertulias literarias y representaciones teatrales.

Sin embargo, destacó, sobre todo, por la cantidad de personalidades de la cultura cubana que por él desfilaron. En diferentes épocas honraron la sociedad artística y literaria figuras de la talla de: Gertrudis Gómez de Avellaneda, José de la Luz y Caballero, Rafael María de Mendive, Felipe Poey, Enrique José Varona, Manuel Sanguily, Alfredo Torroella, por sólo mencionar algunos de los más renombrados.

José Martí en el Liceo de Guanabacoa

Durante su breve estancia en La Habana al regresar del destierro, y antes de ser detenido de nuevo y vuelto a deportar, el Apóstol de la independencia de de Cuba, José Martí fue en varias ocasiones uno de los oradores de las célebres veladas del Liceo de Guanabacoa.

Martí había llegado al Liceo de Guanabacoa por Nicolás de Azcárate, a quien había conocido en México y en cuyo bufete trabajaba, y desempeñaba la Secretaría de la Sección de Literatura de la prestigiosa sociedad guanabacoense.

Tarja de José Martí en el Liceo de Guanabacoa
Tarja que recuerda la presencia de José Martí en el Liceo de Guanabacoa y que dice textualmente: «José Martí siendo secretario de la Sección de Literatura de este Liceo pronunció su primer discurso en Cuba el 21 de enero de 1879 ante el féretro del poeta y dramaturgo Alfredo Torroella. Tributo del pueblo de Guanabacoa en el centenario 21 de enero de 1979.»

El más recordado de los discursos de José Martí en el Liceo de Guanabacoa fue el que pronunció la noche del 27 de abril de 1879 en elogio a los triunfos en Europa del violinista cubano Rafael Díaz Albertini.

Esa noche se encontraba presente el Capitán General Ramón Blanco, rodeado de altos jefes militares que vieron con asombro como el joven habanero utilizaba la tribuna para atacar el poder colonial en la Isla.

Según el historiador Gerardo Castellanos, el Capitán General escuchó a Martí con disgusto e indignación y se quejó con Nicolás Azcárate que se encontraba a su lado de la afrenta a su dignidad que había representado el discurso, a la vez que le lanzaba una advertencia, casi una premonición:

«Voy a pensar que Martí es un loco… pero un loco peligroso».

Castellanos Gerardo. Relicario Histórico.

Tras estallar la última guerra de independencia las actividades del Liceo de Guanabacoa volvieron a resentirse y no se reanudaron hasta mediados del año 1900, cuando ya España había evacuado el país.

En 1944, el edificio fue casi destruido por un poderoso ciclón y el presidente de la sociedad artística obtuvo un financiamiento del gobierno de Ramón Grau San Martín que permitió reconstruir el inmueble.

Unos 90 000 pesos costó la obra, que fue dirigida por el arquitecto Rafael Garteiz y que se extendieron hasta el año 1948. Del inmueble original se conservó sólo la fachada y parte de los elementos de la primera crujía, modernizando el resto del edificio.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 la Sociedad Artística Literaria de Guanabacoa desapareció y el edificio se convirtió en sede del Instituto de Guanabacoa hasta el año 1961 en que pasó a ser la sede de oficinas de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI).

A partir de 1970 el antiguo Liceo de Guanabacoa se convirtió en la Biblioteca José Machado y, a partir de 1977 en la Casa de la Cultura Rita Montaner, función que ha mantenido hasta el día de hoy.