Considerado como el más famoso de los restaurantes cubanos, La Bodeguita del Medio, en la calle Empedrado, muy cerca de la Plaza de la Catedral, constituye una leyenda de la gastronomía en la Isla y uno de esos lugares de obligada visita en La Habana.

La que luego se convertiría en la célebre Bodeguita del Medio se estableció el 26 de abril de 1942 con el nombre de «Bodega La Complaciente» gracias al emprendimiento de Ángel Martínez, un pequeño comerciante cubano hijo de canarios, que en un principio se dedicó exclusivamente a la venta de frituras, tentempiés y bebidas y licores.

Gracias a su privilegiada posición el negocio prosperó y rápidamente se convirtió en el punto de reunión preferido de algunos intelectuales habaneros que visitaban una imprenta aledaña. Casi escondida dentro de la calle Empedrado, precios módicos (entonces) y con un aspecto que lindaba entre lo rústico y lo bohemio; La Bodeguita del Medio era el lugar ideal para reuniones informales y breves descansos.

Ángel Martínez cambiaría entonces el nombre del local primero a «Casa Martínez» y luego, en 1950, ya definitivamente le llamaría «La Bodeguita del Medio».

Ante el número creciente de clientes y a demanda de estos, Ángel Martínez comenzó a prestar también servicios de comidas. Luego se arrimarían al local los buscavidas de siempre, armados de guitarras, claves y maracas para amenizar las veladas por unos pocos pesos. Había nacido, en esencia, La Bodeguita del Medio que se conoce hoy.

La comida criolla – que primero cocinara la China Silvia Torres, junto con el típico mojito criollo, colocaron al pequeño restaurante de la calle Empedrado en el centro de la gastronomía mundial.

El Poeta Nacional de Cuba Nicolás Guillén y el trovador Carlos Puebla, dos habituales de La Bodeguita del Medio que la evocarían desde sus obras
El Poeta Nacional de Cuba Nicolás Guillén y el trovador Carlos Puebla, dos habituales de La Bodeguita del Medio que la evocarían más de una vez desde sus obras

La Bodeguita del Medio, leyenda entre grafitis

Muchos lo desconocen – y no pocos escándalos se han armado por eso en estos tiempos de redes sociales – pero las paredes de La Bodeguita del Medio, tradicionalmente cubiertas de los grafitis y firmas de los comensales, se repintan cada cierto tiempo, para casi de inmediato luego volverse a cubrir con la tinta de los nuevos visitantes.

Sólo se conservan aquellas firmas de las personalidades más importantes que han visitado el lugar, pues se consideran de alto valor histórico; pero a veces ni eso, pues resulta extremadamente difíciles preservarlas.

Según cuentan el iniciador de la tradición de firmar la pared en La Bodeguita del Medio fue el periodista Leandro García, que pronto sería imitado por sus colegas y amigos, ante la mirada cómplice de Ángel Martínez.

En la actualidad La Bodeguita del Medio constituye una marca en sí misma que muchos emprendedores (con permiso o no) han tratado de replicar en otras latitudes.

Su presencia se ha impuesto más allá de la hostelería y la restauración y al día de hoy La Bodeguita del Medio forma parte del imaginario popular como sinónimo de tradición y gastronomía… Como sugiriera Nicolás Guillén, se ha agigantado hasta hacerse más larga que su sombra:

La Bodeguita es ya la bodegona
que en triunfo al aire su estandarte agita
más sea bodegona o bodeguita
La Habana de ella con razón blasona
Hartase bien allí quien bien abona
Plata, guano, parné, pastora, guita
Mas si no tiene un kilo y de hambre grita
No faltara cuidado a su persona.
La copa en alto, mientras Puebla entona
Su canción, y Martínez precipita
Marejadas de añejo, de otra zona
Brindo porque la historia se repita,
Y porque es ya la bodegona
Nunca deje de ser La bodeguita.
Carlos Puebla canta «En La Bodeguita del Medio»