Entre todos los pueblos de la antigua provincia de La Habana, y por extensión de toda la Isla, fue Bejucal el que, desde sus inicios tuvo la categoría de «Ciudad» porque tal fue la voluntad y disposición de su fundador el capitán Don Juan Núñez de Castilla y la alta voluntad y real otorgamiento de Felipe V de España.

La «Ciudad» de Bejucal

De su hacienda «Bejucal» donó el capitán Don Juan Núñez de Castilla en el año 1712, cuatro caballerías de tierra «para fundar una ciudad» con 30 familias que, diseminadas en los campos cercanos, se dedicaban al cultivo del tabaco.

Cumplida esta primera disposición, entregó en propiedad a cada una de las mencionadas 30 familias, un solar sin gravamen alguno y una caballería de monte firme en calidad de arrendamiento, con una renta de 250.00 pesos anuales, excepto los dos primeros años, que se otorgaban de gracia para el desmonte y establecimiento de las labranzas.

Donó también el capitán Núñez de Castilla a cada uno de los pobladores, una yunta de bueyes, seis gallinas y un gallo, otorgándoles, además, el derecho de usar gratuitamente todo el ganado de su hacienda. También, puso a disposición de los habitantes de la nueva ciudad en calidad de «propiedad» común, una caballería de tierra para leña, piedra y demás materiales que precisaran.

Para completar su obra altruista, donó los terrenos para la construcción de la iglesia, la plaza, el Cabildo y el corral, y presentó los planos de la ciudad, trazados por el ingeniero civil Don Pedro de Menéndez Marqués.

El 29 de abril de 1713 el rey otorgó su aprobación a la fundación de la referida ciudad de San Felipe y Santiago de Bejucal.

Creado el Ayuntamiento ese mismo año, su constitución tuvo efecto el 9 de marzo de 1714 en que sesionó por vez primera el Cabildo. El primer alcalde fue Don Juan Díaz Ramos y el Marqués de San Felipe y Santiago el primer Presidente del Ayuntamiento, funciones en las que se mantuvo hasta 1740.

En ese mismo año se creó la Tenencia de Gobierno, abarcando los partidos de San Antonio de las Vegas, Batabanó, Quivicán y Gabriel (luego conocido como La Salud). La Tenencia de Gobierno de San Antonio de las Vegas le fue agregada como Comandancia Política y Militar, extendiéndose su esfera de acción hasta Isla de Pinos.

La Jurisdicción de Bejucal, según refiere el historiador Jacobo de la Pezuela, en su «Geografía de la Isla de Cuba» [1] publicada en 1863, estaba comprendida dentro del Departamento Occidental y abarcaba entonces: la cabecera y su partido; el partido de Batabanó, que incluía Playa Batabanó, Pozo Redondo y San Agustín; el partido de Quivicán, del que dependían Buenaventura, Güiro de Marrero, Quivicán y San Felipe; el partido de La Salud en el que se incluían entonces Güiro de Boñigal y Santo Cristo de la Salud (también conocido como Gabriel); y el partido de San Antonio de las Vegas, con Durán y la cabeza de partido del mismo nombre.



Isla de Pinos, Quivicán, San Antonio de las Vegas, Batabanó y La Salud, se constituirían después en municipios independientes: La Isla de Pinos en 1874 y Quivicán y La Salud ya en la República (aunque habían sido municipios durante la colonia y restituidos a Bejucal por los ocupantes norteamericanos en 1902). Todos estos cambios dejarían la extensión territorial del municipio en unos 80 km cuadrados a partir de la década de 1910.

Mapa Militar de Bejucal 1885-1890
Mapa Militar de Bejucal 1885-1890. Cuerpo de E. M. Sección Topográfica de la Capitania General [de Cuba]

Bejucal en la República

Limitaba el municipio por el Norte con el término de Santiago de las Vegas; por el Este con el de San Antonio de las Vegas; por el Sur con el de Batabanó y La Salud y por el Oeste con San Antonio de los Baños. La cabecera del término era la ciudad de San Felipe y Santiago de Bejucal, que a la vez era cabecera del partido judicial del mismo nombre.


Escudo de Bejucal
Escudo de San Felipe y Santiago de Bejucal

Ocupado por una extensa llanura, sólo interrumpida en la parte norte del municipio por la Sierra de Bejucal, la riqueza del municipio radicaba en la agricultura, específicamente en el cultivo de la caña de azúcar, el tabaco y los frutos menores.

La comunicación con la capital de la República, distante 24 km se realizaba a través de una única carretera que atravesaba el poblado del Rincón y se extendía hasta San Antonio de los Baños.

Sin embargo, sí estaba el municipio de Bejucal perfectamente enlazado con el sistema ferroviario. Por el pueblo pasaban tres ramales de los Ferrocarriles Unidos de La Habana: uno hacia Güines, uno hacia Pinar del Río y otro que marcaba la frontera con el vecino San Antonio de Lo Baños.

Referencias

[1] De la Pezuela, Jacobo. Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba. Imprenta del Establecimiento de Mellado. Madrid. 1863.