El Coliseo fue la primera edificación erigida en La Habana y en Cuba con el fin de brindar representaciones teatrales.

Este primer teatro cubano abrió sus puertas el 20 de enero de 1775. Se encontraba ubicado frente a la Alameda de Paula, inaugurada por esas fechas, y entre las calles Acosta, Oficios y Luz, en La Habana Vieja.

La iniciativa de la creación del teatro fue del Marqués de la Torre, quien logró congregar el 2 de julio de 1773 a los comerciantes más importantes y a las principales personalidades de La Habana, con el objetivo de recabar fondos para la construcción de este espacio.

Al poco tiempo se comenzaron las obras dirigidas por el arquitecto habanero Antonio Fernández Trebejo, dando lugar, más tarde, en 1775, al Coliseo de La Habana, una edificación de mampostería y madera.

El mismo año de la apertura se realizó, por primera vez, la presentación de una ópera en la Isla (Didone abbandonata, obra que contó con el guión de Metastasio y la música de autor desconocido). Las funciones eran los domingos, con un programa compuesto tanto por compañías españolas y extranjeras, como por actores y músicos cubanos.

En 1788 el Coliseo habanero se encontraba en mal estado y, por órdenes del Cabildo de la ciudad, se cerró por primera vez. Se efectuó en él una reparación y, posteriormente, en el año 1803, reabrió sus puertas con el nombre de El Principal.

Acerca de este se dice, que era superior en cuanto a lujos y condiciones que los teatros de Estados Unidos. En él se desarrolló una intensa vida teatral hasta que, en 1846, quedó devastado por los azoteas de un ciclón.

No obstante existió un proyecto de reparación general, elaborado en 1847, del cual no conocemos el motivo por el que no se llevó a cabo, pero si el plano realizado para dicha restauración.

Plano de reparacion del Teatro Principal en 1847
Plano de reparacion del Teatro Principal en 1847

Pese a su indiscutible valor patrimonial, el teatro Principal pereció ante el complejo sistema de realidades que había emergido en La Habana del siglo XIX: el valor del suelo, el desplazamiento de la ciudad hacia los barrios extramuros y la entrada en juegos del capital; factores que, en conjunto, provocaron su derribo definitivo en el año 1861.