La benemérita Congregación de los Hermanos Maristas fue fundada en Francia por un celoso sacerdote, el Venerable Maestro Marcelino Champagnat, a raíz de la Revolución Francesa, para que sus miembros, al igual que los hijos de San Ignacio, San José de Calasanz y San Juan Bautista de la Salle, cooperasen a la cultura social por medio de la Instrucción y Educación de la juventud.

Los Maristas se establecieron en Cuba en 1903, al abrir su primer colegio en la ciudad de Cienfuegos. Luego sendas escuelas en Remedios y Caibarién y, finalmente, el 2 de enero de 1915 llegarían a la Víbora, en La Habana, donde establecería un cuarto centro de enseñanza en una pequeña casa del barrio.

La abertura del nuevo plantel ocurrió el 2 de enero de 1915, a mediados del curso, lo cual fue causa de la escasez de alumnos en los comienzos (en el curso 1914 – 1915) terminó con 28 alumnos. A principios del siguiente año escolar fue necesario abandonar la primera casa (en la esquina de Párraga y San Mariano), para ocupar otra en Calzada de Jesús del Monte No. 601.

Jura de la Bandera en el Colegio Champagnat de los Hermanos Maristas
Acto solemne de Jura de la bandera en el Colegio Champagnat

En el nuevo local la afluencia de alumnos fue ya numerosa y pasaron de 100 las matrículas en 1915 – 1916. A partir de entonces el Colegio de los Hermanos Maristas fue prosperando con tal rapidez que, a mediados de 1917 – 1918 fue necesario ampliar el local.

Se abrieron entonces nuevas aulas, se introdujo la enseñanza comercial y los estudios de Bachillerato, después de incorporarse al Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana.

Colegio Champagnat de los Hermanos Maristas

A pesar de todas esas mejoras, la dirección del colegio, estaba convencida de que cuantas se hicieran resultarían siempre insuficientes y de que en el local alquilado era imposible que los alumnos tuvieran las comodidades de luz y aire necesarias en todo establecimiento moderno.

Se dieron entonces a la búsqueda de un terreno extenso y bien situado, el cual se consiguió en breve tiempo en la Loma del Mazo, en la parcela conformada por las calles Vista Alegre, José de la Luz y Caballero, San Mariano y José Antonio Saco. Entonces se construyó el nuevo Colegio Champagnat, nombrado así en honor del ilustre fundador de los Hermanos Maristas.

El nuevo edificio, que contaba con 22 aulas y capacidad de matrícula para 3000 estudiantes, se inauguró con toda solemnidad al inicio del nuevo curso 1922 – 1923. Al acto asistieron el Arzobispo de La Habana, Monseñor Pedro González; los ministros de España y Francia en Cuba; y el entonces secretario de Estado, Dr. Carlos Manuel de Céspedes.

La sociedad viboreña se dio cita en el amplio Patio de Honor del flamante colegio para participar en los festejo: Había nacido una de las instituciones docentes más prestigiosas de la República, orgullo del barrio de la Víbora y de la ciudad de La Habana.

En 1940 el Colegio Champagnat fue sometido a una nueva ampliación, luego de que los Hermanos Maristas adquirieran dos casas vecinas en la calle San Mariano. En ese espacio construyeron un nuevo edificio destinado a la enseñanza secundaria, canchas de baloncesto y un terreno de sotfbol.

Vista aérea del Colegio de los Hermanos Maristas en la Víbora
Vista aérea del Colegio Champagnat con la ampliación de 1940

Villa Marista

En 1946 los Hermano Maristas adquirieron en la Avenida Andrés San Miguel, de la zona conocida como La Floresta, una gran propiedad de 40 000 metros cuadrados a la que llamaron Villa Marista.

Allí establecieron el juniorado (seminario menor), para los que aspiraban a unirse a la congregación; un sanatorio para los hermanos enfermos y los campos de deporte del Colegio Champagnat.

Tras el triunfo de la Revolución de 1959, el Estado cubano nacionalizó todas las propiedades de la congregación, que abandonó el país en 1961. El Colegio Champagnat continuó como un centro docente y Villa Marista se convirtió en sede de los órganos de la Seguridad.

Instituto Preunivesitario Raúl Cepero Bonilla

El 3 de diciembre de 1963, tras la nacionalización, el Colegio Champagnat de los Hermanos Maristas fue convertido en el Preuniversitario Especial Raúl Cepero Bonilla, el cual, a partir de 1975 sería sólo Preuniversitario Raúl Cepero Bonilla.

Al instituirse en Cuba la política de los preuniversitarios en el campo, el Cepero Bonilla quedó como uno de los dos únicos preuniversitarios dentro de la ciudad, destinado, exclusivamente, a los estudiantes que presentaban problemas de salud. Estas condicionantes elevaría significativamente la matrícula del centro de enseñanza.

El antiguo colegio de los Hermanos Maristas se mantuvo así hasta el año 2005 en que las autoridades del Ministerio de Educación decidieron convertirle en un IPI (Instituto Preuniversitario de Informática).

Cuatro años permaneció en esta función, hasta que en 2009, al abandonarse la política de los preuniversitarios en el campo, volvió a abrir sus puertas como Instituto Preuniversitario.