Cuando en 1875 el acaudalado excarnicero Joaquín Payret vendió su emblemático café El Louvre ya tenía en su mente la realización de un sueño: la construcción de un Teatro que se inaguraría en 1877 con el nombre de Teatro Payret, un coloso en la esquina de Prado y San José.

Joaquín Payret, un comerciante catalán que en menos de diez años amasó una fortuna, era un amante de las artes, especialmente del teatro. Por eso a pesar de la fama alcanzada por su café El Louvre decidió venderlo para emprender la obra de sus sueños, la construcción de un gran teatro que perpetuase su nombre. Ese sueño grandilocuente lo llevaría a la locura y a la pobreza.

Cine - teatro Payret en el siglo XIX
El cine – teatro Payret a finales del XIX, nótese la continuación del Paseo del Prado.

El teatro Payret desde su inicio de construcción atravesó dificultades que marcarían su historia, durante su existencia fue maltratado por huracanes en dos siglos distintos, incendios, tupiciones que provocan derrumbes y muertos, incendios… Cayó en desgracia y olvido tres veces y tres veces se levantó, podemos decir que el Payret es el mayor sobreviviente de los teatros cubanos.

Riesgo e innovación

Para conseguir desbancar al teatro Tacón, el más selecto y exclusivo de la ciudad, Payret hizo traer desde Barcelona a Fidel Luna, uno de los ayudantes del gran urbanista Ildefonso Cerdá, que fue el encargado de diseñar el chaflan esquinero y el jardín que daban al Parque Central. Sin detenerse en traer a un arquitecto de primera, trajo desde Bélgica la armadura de hierro que constituyó el esqueleto del teatro y que buscaba limitar al máximo el riesgo de incendios.

La estructura forjada en la casa de Valentín Bataille y Cía -los mismos que habían forjado la del Palacio de la Industria en Bruselas- fue el primer aviso de lo que pretendía Payret con su teatro. Desde las propias obras de ejecución el Payret llamó la atención del público pues para poder montar la armadura fue necesario traer maquinaria del antiguo Real Arsenal, capaz de levantar algunas piezas de hasta seis toneladas destinadas a la cubierta. Los curiosos se arremolinaron y el Payret comenzó a llenar titulares sin apenas abrir sus puertas.

Su inauguración en 1877 y la firma del Pacto del Zanjón del año siguiente provocó que fuese llamado por los integristas como el «Teatro de La Paz». Sin embargo, los criollos cubanos ripostaron nombrándolo como «el Teatro de Cartón» por sus continuas desgracias.

Nace el cine Payret

Fue pionero del cine en el siglo XX, tanto que llegó a ser más conocido por cine que por teatro, particularmente por ser la catedral del cine español en la década del 30.

En 1923 Lecuona organiza y dirige, en los teatros Payret y Nacional, los Conciertos Típicos Cubanos que presentaron obras de autores contemporáneos. En ellos actuaron, entre otros, René Cabel, Rita Montaner, Carmen Burguette, María Fantoli, Tomasita Núñez, Hortensia Coalla y Luisa María Morales.

En 1951 un nuevo dueño lo adquiere, y por aquello de no arrastrar la mala suerte lo derrumba completamente y lo edifica desde los cimientos, ahí adquiere la imagen que actualmente conocemos, se le coloca la estatua de Rita Longa «La Ilusión» en el vestíbulo, y las musas que custodian el escenario.

Montaje de la escultura La Ilusión de Rita Longa en el vestíbulo del Payret.

A partir de entonces, aprovechando su privilegiada posición frente al Capitolio, el Payret tomó un lugar destacado en el circuito de cines de La Habana. Guillermo Cabrera Infante nos recuerda la presencia de rutilantes estrellas hollywoodenses en su maravilloso homenaje a sus cacerías amorosas y cinéfilas de La Habana de los 50:

…El teatro Payret exhibía entonces películas españolas pero unos años más tarde lo reformaron, destruyendo de paso su interior con palcos y el foso de la orquesta, construido en tiempos de la colonia, para convertirlo en un cine de estreno moderno de importancia…La primera vez que visité este alto templo de la religión del cine (con estrellas luminosas en el cielorraso) oficiaba felizmente, vestal vestida, Ingrid Bergman, que había sido mi amor perverso…

La Habana para un infante difunto(Páginas 60 y 30. Seix Barral. 1979.)

Después de 1959 vivió una nueva etapa de oro, al convertirse en sede de festivales como: «Boleros de Oro» y el «Festival del nuevo cine Latinoamericano», y ser uno de los cines más importantes de La Habana hasta su cierre para remodelaciones en 2018.

Cine Teatro Payret en 2022
El Cine Teatro Payret visto desde la calle Zulueta en junio de 2022, cuatro años después de su cierre (Foto de Ruslán Olivares Cúcalo para Fotos de La Habana)

Alrededor de su cierre circularon en su momento comentarios de que no volvería a ser cine -teatro, pues sería esa manzana convertida en un gran hotel llamado Manzana Payret. Al respecto el desaparecido historiador de La Habana Dr. Eusebio Leal declaró al sitio Cubadebate:

El Payret seguirá siendo un cine para los cubanos y sus precios máximos no excederán el valor que se abona hoy por acceder a instalaciones similares como los teatros Martí y Nacional de Cuba.

El antiguo cine-teatro Payret, en el extremo izquierdo de la imagen. Se observan las obras realizada en la manzana que incluye al antiguo hotel Pasaje.

No sabemos si volverán a pasar por allí estrellas de Hollywood a presentar sus estrenos o si finalmente será utilizada su ubicación para fines más turísticos. Lo cierto es que los sueños y desvelos del excarnicero Joaquín Payret se encuentran a expensas de un nuevo renacer. Esperemos que esta vez sea la definitiva que consiga despejar los desasosiegos sufridos por la estructura desde su primera construcción hasta la fecha.