Sin haber pisado jamás un conservatorio Cimafunk – como lo fuera antes el Benny – es un genio al que la música le corre por la sangre gracias al talento y la herencia africana.

Erick Iglesias Rodríguez nació en las cercanías de la occidental ciudad de Pinar del Río el 7 de abril de 1989.

La música no fue para él su primera elección en la vida. De hecho, cursó dos años de la carrera de Medicina a instancia de sus padres, hasta que, por consejo de un amigo, se trasladó a La Habana y comenzó a hacer coros a reconocidos músicos como Raúl Paz o David Torrens.

Su primera motivación para convertirse en «reguettonero», como confesara en una entrevista al New York Times [1] fue encandilar a las muchachas, porque esa música la podía hacer cualquiera «con un micrófono y una tarjeta de sonido».

Sin embargo, pronto descubriría Erick Iglesias que el universo de la música iba mucho más allá de un escote.

Cimafunk = Cimarrón + Funk

En 2016, Erick Iglesias decidió lanzarse como solista y escogió el nombre artístico de Cimafunk (una mezcla del término cimarrón con la música funk).

Como la gran mayoría de los músicos cubanos que rompen con la música convencional a través de las nuevas sonoridades y la experimentación, Cimafunk también se vio obligado a lanzar su primer disco, «Terapia», como productor independiente y hacerlo fuera de Cuba.

Aún con estas limitaciones sus temas comenzaron a ser reconocidos en Cuba y rápidamente Cimafunk se convirtió en un fenómeno arrollador, como pocos se han visto en el panorama musical cubano.

El tema «Me voy» de su primer disco «Terapia» la rompió en todas las listas cubanas y convertió a un Cimafunk, hasta entonces casi desconocido, en una estrella. El videoclip asociado a la canción sería reconocido por los Lucas (que vienen siendo los premios de la «Academia» de la música en Cuba) como el más popular del año 2018.

Cimafunk, «Me voy» (2018) disco «Terapia»

Ese sería sólo el comienzo de una carrera fulgurante que llevó al muchachito de Pinar del Río a ser seleccionado por súper influyente revista Billboard como uno de los 10 artistas latinos a seguir en 2019.

Distinción que Cimafunk justificaría con creces a partir de 2020, que sería el año de su consolidación como estrella internacional.

Su talento y personalidad han resultado un imán para otros grandes músicos cubanos; y así han resultado colaboraciones con gigantes de la talla de Pancho Amat, Chucho Valdés, Omara Portuondo o la Orquesta Arangón.

Cimafunk ha sabido fusionar los ritmos tradicionales cubanos y su herencia africana con la música de los negros del sur de los Estados Unidos, que si bien comparten la misma raíz, son esencialmente distintas. Esta mezcla que le ha ganado la popularidad al cantante resulta musicalmente explosiva y, probablemente en años anteriores, hubiese sido considerada cómo políticamente incorrecta, pero por suerte para él (y para la música) los tiempos cambian.

«Ahora que tenemos internet, puedes saber lo que pasa en el mundo, y tener un millón de opiniones diferentes, y elegir la que quieras… «

Entrevista con Cimafunk (The New York Times) [2]

Con una amplísima base de fanáticos y convertido ya en una de las principales estrellas de la música alternativa, las disqueras comienzan a apostar fuerte por Cimafunk que en 2021 lanza su segundo disco, «El alimento», coproducido por el exitoso empresario estadounidense Jack Splash.

A «El alimento» – que se convirtió en un exitoso inmediato como «Terapia», pero que musicalmente posee una factura superior; tanta que fue considerado por la Rolling Stones como el 3er mejor álbum y el No. 23 entre todos los producidos en el año 2021 – se asoman desde su olimpo algunos viejos dioses de la música como George Clinton, Ceelo Green, Chucho Valdés y Los Papines, que contribuyen a la fusión espectacular que cocina Cimafunk.

Cimafunk, «El Potaje», colaboración con Omara Portuondo, Chucho Valdés, Pancho Amat y la Orquesta Aragón.