La calle Vives, en el municipio Habana Vieja, se extiende de este a oeste, desde su nacimiento en la calle Factoría (frente al paredón del patio de la Terminal de Ferrocarriles) hasta la intersección de las avenidas Belascoaín y Cristina.

¿Calle Vives, República de España o España?

Se construyó la calle Vives en 1828, después del segundo incendio del barrio de Jesús María, que redujo esa comunidad extramuros a cenizas.

Recibió ese nombre en honor del Capitán General Francisco Dionisio Vives y Planes, quien gobernó Cuba entre 1828 y 1832. Hombre de moral laxa (el pueblo lo retrataría con aquello de «Vive como Vives y vivirás»), no dejó Dionisio Vives memorias dignas de cariño, más allá de la calle que mandó a trazar entre las ruinas humeantes de Jesús María.

Fue el gobierno de Vives de lo peor que sufrió Cuba durante la dominación española. Tirano como pocos, persiguió, encarceló y desterró a numerosos patriotas; mientras hacía ahorcar en la Plaza Mayor de Puerto Príncipe a Francisco Agüero y Andrés Manuel Sánchez, primeros cubanos en tomar las armas para sacudirse la costra de España.

El odio hacia los hijos del país que malgobernaba lo combinaba Vives con una codicia sin límites y un desinterés total hacia los problemas públicos. Bajo su mandato crecieron en la Isla, y en particular en La Habana, a límites intolerables, la corrupción, el juego y la criminalidad.

No debe extrañar entonces que, al terminar el poder colonial de España en Cuba, el Ayuntamiento de La Habana haya decidido cambiar el nombre de la Calle Vives.

Así, por Acuerdo No. 114 de mayo de 1921, aprobado el 25 de ese mismo mes, el Ayuntamiento varió el nombre de la calle Vives y de la calle Alcantarilla a calle Dr. Ruiz de Luzuriaga. Pretendía de esa forma, el gobierno municipal rendir homenaje a ese político y consejal.

En 1936 – a sugerencia del Dr. Emilio Roig de Leuchsenring – la antigua calle Vives, entonces calle Dr. Ruiz de Luzuriaga, volvió a cambiar de nombre para llamarse «República Española«.

Hasta ese momento la Avenida de España había sido la calle 17 del Vedado, pero el mismo decreto que impulsaba el Dr. Emilio Roig, estipulaba que las calles de ese aristocrático barrio serían exclusivamente denominadas con números. Por eso sugería el historiador que el nombre de «España», al tratarse de una nación amiga no fuera suprimido, sino trasladado a las calles Vives y Alcantarilla.

Como era de esperar, el nombre de «República Española» no sentó bien a muchos peninsulares de tendencia monárquica residentes en Cuba y en la propia calle Vives, y que protestaron contra una denominación que consideraban un agravio.

Al final, se prescindiría del término «República» y la antigua calle Vives pasaría a llamarse «Avenida de España«, a secas, sin florituras políticas que exacerbaran los ánimos innecesariamente.

Calle Vives
Calle Vives. (Foto Carlos Espinosa Betancourt)

De más está decir que, por la fuerza de la costumbre, los habaneros han seguido, y seguramente seguirán, llamando a la calle Vives; sin importarles absolutamente nada que Don Dionisio Vives y Planes haya sido de lo peor que le ha pasado a la Villa de San Cristóbal desde la primera misa.