En un par de ocasiones me han preguntado si he visto fotos de la Zanja Real y he respondido que no. Y en realidad no es tan raro. La Zanja fue el primer acueducto de La Habana, trayendo agua a la ciudad desde el Río Almendares; pero durante el tiempo en que cumplió esta función, desde la segunda mitad del siglo XVI hasta principios del siglo XIX, no existían fotografías.

Tras la construcción del acueducto de Fernando VII, en 1835, la Zanja siguió llevando agua a ciertos barrios de extramuros pero para finales del siglo XIX, cuando la fotografía comenzó a extenderse, y la gente empezó a tomar fotos de la ciudad, la zanja ya había perdido su función original y no era un motivo especialmente fotogénico.

Así, en general, lo que yo había visto de la zanja era su comienzo, con las compuertas del embalse del Husillo (en el Almendares).

entubamiento de la zanja real en la quinta de los molinos 1946

Lo otro que había visto eran fotos de su entubamiento, como en la siguiente imagen, tomada en 1946 en las cercanías de la Quinta de los Molinos.

Ayer, sin embargo, encontré la tercera foto, tomada en 1934, como parte de un inventario de viviendas en mal estado. No da la impresión de que fuese especialmente saludable vivir junto a la zanja y es entendible que la gente no le hiciese muchas fotos.

Pero por varios siglos fue de vital importancia para los habaneros. Por lo cual adiciono una foto de satélite donde he dibujado un recorrido aproximado de la Zanja Real.

recorrido de la zanja, imagen satelital

Recorrido aproximado de la Zanja Real marcado en rojo. Nacía en el embalse del Husillo, en el Almendares y por diferencia de altura el agua recorría un trayecto de unos 11 kilómetros. Pasaba por lugares como el actual Palatino, Cerro, las cercanías de la Plaza, el trayecto de la calle Zapata en las cercanías de la loma del Príncipe y la Quinta de los Molinos, la calle Zanja y se dividía en varios ramales al llegar a intramuros.

Sobre las obras de la Zanja Real escribe Joaquín Weiss lo siguiente:

Desde cierto punto de vista la Zanja Real , aunque no una obra de arquitectura propiamente dicha, constituyó la construcción más importante del siglo XVI, no sólo por el tiempo y los recursos que en ella se invirtieron, sino por su utilidad práctica, tanto en el abasto de agua de la población como por su empleo en el regadío, como fuerza motriz y para el aprovisionamiento de los buques surtos en el puerto.

La Zanja fue comenzada por el maestro Calona (1566), cuyo proyecto de trillado o nivelación desde el río de la
Chorrera (Almendares) hasta el interior de la villa fue seleccionado como el mejor entre los tres presentados fue terminada veintiséis años después (1592) por Bautista Antonelli, el cual construyó una represa y otras obras hidráulicas requeridas en el Husillo, donde estaba la toma de aguas.

La Zanja corría a través de los actuales barrios de Puentes Grandes, el Cerro y el Príncipe, y a lo largo de la calle de su nombre y de la de Dragones, y se bifurcaba en dos ramales. Uno que llegaba al callejón del Chorro, contiguo a la plaza de la Catedral, y otro que terminaba en el muelle de Luz.

Eventualmente se formaron otros canales más pequeños para abastecer los hospitales, conventos y fuentes públicas, y se concedieron pequeñas pajas de aguo a algunos paniculares para estancias, industrias,
etc.

La Zanja Real , con una longitud de unos once kilómetros, era una acequia de sección trapezoidal con un revestimiento de piedra su capacidad era de 70.000 metros cúbicos de agua diarios, y fue el único acueducto con que contó La Habana hasta la construcción del de Fernando VII en 1835.

Su costo total, unos 35.000 pesos -cifra irrisoria en la actualidad-, se obtuvieron principalmente del impuesto
llamado Sisa de la Zanja, que gravaba el jabón, el vino y la carne.

En palabras del Ingeniero Abel Fernández Simón, revista Ingeniería Civil, abril de 1957: «Para dar cuenta de lo que estas aguas representaban en el abasto de la ciudad , que en aquella época estaba habitada por unos 4.000 vecinos, basta decir que el líquido obtenido era suficiente para dar cumplido abasto al consumo doméstico, fuentes públicas y lavaderos de una urbe de 200.000 habitantes a razón de 100 litros por persona al día, cifra que no llegó a ser alcanzada por la ciudad hasta fines del siglo XIX.»’

El Husillo

El Husillo era un pequeño embalse en el Río Almendares que durante más de dos siglos dotó a la Habana de agua a través de la Zanja Real. El nivel del agua permitía alimentar por gravedad a la zanja que por más de 10 kilómetros la transportaba hasta intramuros.

El sistema se construyó en la segunda mitad del siglo XVI y fue de vital importancia para la ciudad. Las compuertas que regulaban el paso del agua a este primer acueducto se controlaban con un tipo de tornillo que se llama husillo, de ahí el nombre del lugar.

Aquí hay un ejemplo moderno de compuertas controladas con husillos. Los husillos son esos tornillos verticales que suben o bajan las compuertas

Con la construcción del Acueducto Fernando VII en 1835 el agua comenzó a transportarse más higiénicamente a través de tuberías pero el embalse del Husillo continuó prestando su función, dotando de agua al acueducto. No fue hasta la construcción del Acueducto de Albear, en 1893, cuando el agua empezó a tomarse de otro lugar.

La represa continuó en el lugar hasta 1989 cuando fue demolida, unos 400 años después de su construcción. Según tengo entendido la demolición era parte de un proyecto para canalizar segmentos del río con el objetivo de evitar inundaciones pero esto nunca se llevó a cabo.

Cuando el nivel del agua en el embalse pasaba la altura del muro se formaba una caída como la que se ve en la imagen de cabecera, un viejo y bucólico grabado del lugar. El agua se ve también cayendo en la segunda imagen, una foto tomada a finales del siglo XIX. En la tercera foto se ve la casa de compuertas de la represa a la Zanja Real.

Embalse el Husillo, origen de la Zanja Real

En la última imagen he marcado el lugar del río donde estaba la represa, cerca de la antigua papelera La Moderna y relativamente cerca de Rancho Boyeros y Avenida Camagüey.