La casa ubicada en la calle 23, No. 909 entre Paseo y 2, Vedado (actual Unidad Básica de Comercio de Plaza), fue la residencia familiar desde inicios de la década del 20 y hasta los 50, del hacendado español Ricardo Martínez Martínez, y su segunda esposa María Piloto Hernández, con quien tuvo a sus seis hijas en común.

Se estableció al llegar de España por la zona del batey del Central Josefita en Nueva Paz (luego Central Manuel Isla, ya desmantelado), abriendo un almacén y tienda de víveres en la zona, en la que era su principal proveedor.

La antigua residencia de Ricardo Martínez Martínez en el Vedado, actual UEB Comercio Plaza
La antigua residencia de Ricardo Martínez Martínez en el Vedado, actual UEB Comercio Plaza

Ricardo Martínez Martínez – Hacendado y empresario

Antes de la Guerra del 95, Ricardo Martínez Martínez mantuvo vínculos “comerciales” con Manuel García, el Rey de los Campos de Cuba, que tenía su centro de operaciones en toda esta zona.

Su fortuna aumentó rápidamente, y llegó a comprar, tras el crack de 1921, el propio Central Josefita a su último dueño, el ingeniero italiano Stefano Calcavecchia (esposo de Elena de Cárdenas Echarte), quien se lo había arrendado desde 1913.

En 1910 había comprado en Estados Unidos y trajo para ese central, la locomotora 1 107, “La Cucarachita”, fabricada en 1882, y que está considerada la quinta más antigua existente en el país (patrimonio y orgullo de la localidad de Los Palos, en Nueva Paz). También poseía fincas de producción de maíz, maní, girasol y tomate para exportación.

La Cucharita Locomotora
La locomotora 1107, fabricada en 1882 y comprada en EEUU en 1910 por Ricardo Martínez Martínez para el central Josefita. La 5ta más antigua de Cuba y que aún se conserva en Los Palos, Nueva Paz

Ricardo Martínez Martínez se casó allí y tuvo a sus dos únicos hijos varones, antes de trasladarse a La Habana a esta residencia, con su segunda esposa. Sus hijos José Manuel e Ismael y algunas de sus hijas, quedaron al frente de los negocios en Nueva Paz y llegaron a ser propietarios de grandes extensiones de tierras en el área que abarcaban las localidades de Los Palos, Nueva Paz y Cabezas, al noreste, en el límite con Matanzas.

El empresario y hacendado Ricardo Martínez Martínez falleció mientras residía en la vivienda de calle 23, No. 909, a mediados de los años 50.