En 15, No. 551 entre C y D, Vedado, la residencia familiar de Oscar Cintas Rodríguez, de principios de los 20 proyectada y construida por Morales y Compañía.

Casado y viudo luego de Graciela Tarafa Govin, una de las hijas del empresario y Coronel del Ejército Libertador cubano José Miguel Tarafa Armas, en una de cuyas empresas ferroviarias trabajó cuando era un jovencito en Sagua la Grande.

Conoció a su futura esposa a bordo del barco en que ella regresaba a Cuba para casarse con Regino Truffin Pérez Chaumont y cuyo compromiso disolvió.


Oscar Cintas, el millonario coleccionista

Oscar Cintas fomentó desde la década del 30, una inmensa fortuna, gracias a la representación en Cuba de varias empresas norteamericanas como la “American Car and Foundy Company” y a su presidencia de la filial en Cuba de la “Baldwin Locomotive Works”, y también a sus poderosas conexiones políticas entre las altas esferas del gobierno norteamericano y en el de Machado.


Oscar Cintas, millonario y coleccinista
Oscar Cintas Rodríguez en los años 50

Fue embajador interino en Washington a principios de los 30 y jugó su rol para que el gobierno americano propiciara las negociaciones de julio del 33 para obligar a renunciar a Machado y preparar la intervención del embajador Summer Welles.

Tras el fallecimiento de su esposa, Oscar Cintas hereda la parte que a ella le correspondía de la inmensa fortuna familiar de los Tarafa-Govin, aunque su parte de los centrales azucareros acabó vendiéndosela a sus cuñados.

Poseía una de las más valiosas colecciones de arte del país, compuesta principalmente por numerosas pinturas originales de Rembrandt, El Greco, Velázquez, Rubens, Goya, Murillo, Sorolla entre muchos otros, así como una enorme y valiosísima biblioteca de libros únicos y raros, todo lo cual conservaba en los inmuebles de su propiedad de C No. 351 y 355 entre 15 y 17, entre ellos figuraba un ejemplar de la primera edición del año 1605 del “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”.


Vista satelital del complejo residencial de Oscar Cintas en el Vedado
Vista satelital de la manzana de 15 a 17 y de C a D, señalándose, además de su residencia familiar, los inmuebles que fueron de su propiedad, y que ocupaban casi toda su supeeficie.

La parte mas valiosa de toda la colección la envía luego, por cuestiones de seguridad, a las bóvedas de un banco en New York.

Cuando fallece en mayo de 1957, sin tener descendencia, ya había testado a favor del Estado cubano su patrimonio y la llamada beca “Cintas” para fomento de las artes.

Al triunfar la Revolución en 1959, solo quedaba en Cuba una colección importante, que se expone en el Museo Nacional de Bellas Artes, aunque no la más valiosa que poseía.