Sara Gómez Yera fue la primera mujer cubana en dirigir un largometraje de ficción. Ejemplo de talento y superación, fue capaz de abrirse camino desde la base hasta lo más alto en una sociedad donde, más allá de los deseos y las expresiones altisonantes, campeaban por sus respetos, el racismo y la discriminación de la mujer.

Nació en Guanabacoa el 8 de noviembre de 1942. Fue una niña brillante que, al mismo tiempo que cursaba los estudios secundarios, asistía al Conservatorio Amadeo Roldán y escribía para los periódicos Mella y Hoy.

En 1961 realizó un pequeño viaje a la ciudad de Nueva York y a su regreso a La Habana decidió dedicarse al cine y comenzó a estudiar en el ICAIC.

Con apenas 20 años, dirigió Sara Gómez, sus primeros trabajos, tres documentales para la Enciclopedia Popular de Octavio Cortázar.

Sara Gómez y el cine

En busca siempre de la superación, Sara Gómez trabajó como asistente de dirección de los cineastas Agnés Varda, el belga que filmara en 1963 el documental «!Saludos, cubanos!»; Tomás Gutiérrez Alea, en su olvidada «Cumbite» (1964); y Jorge Fraga, «El Robo» (1965).

Todo el tiempo que trabajó como asistente de dirección, continuó Sara Gómez, realizando documentales, en los que abordaba temas como la cultura popular y las tradiciones, pero también asuntos incómodos como la marginalidad y el racismo, e incomprendidos como el feminismo.

En 1974 el ICAIC la promovió a directora de cine y le autorizó su primera película, «De cierta manera»; una película muy interesante, con un argumento de cine dentro del cine, en el que se refleja como el cambio del medio no cambia, necesariamente, el pensamiento de los hombres.

En los protagónicos de «De cierta manera» actuaron Yolanda Cuéllar y Mario Balmaseda, una pareja a través de la cual quiso mostrar Sara Gómez el ideal de la mujer emancipada y el macho tradicional que se resiste a que los tiempos cambien.

«De cierta manera» fue una película radical para su tiempo, que no sólo puso el dedo en la llaga, sino que le echó sal y vinagre. En ello fue determinante la personalidad incendiaria de Sara Gómez, una mujer rompedora de moldes centrada en los problemas de las comunidades afrocubanas, la marginalidad, el racismo y la discriminación de la mujer.

Cartel de la película "De cierta manera", de la cineasta cubana Sara Gómez
Cartel de la película «De cierta manera», de la cineasta cubana Sara Gómez

Desafortunadamente, Sara Gómez no pudo ver el estreno de su ópera prima en la gran pantalla, pues falleció el 2 de junio de 1974, en el transcurso del rodaje por un paro respiratorio, consecuencia de uno de los frecuentes ataques de asma que padecía.

Con su muerte, perdía el cine cubano, a una de las jóvenes creadoras de mayor potencial.

La película, inconclusa por la muerte de Sara, fue terminada a dos manos por Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa y se estrenó tres años después con muy buena crítica y recepción del publico.

En honor de Sara Gómez, se nombró la Mediateca de la Mujer Realizadora Cubana y el Consejo Nacional de Casas de Cultura instituyó un premio anual con su nombre.

«De cierta manera» de los directores Sara Gómez, Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa