A Roberto Hernández Prendes «Angola» se le puede considerar, en justicia, como el segundo mejor cuatrocentista de la historia del atletismo cubano, sólo superado por la leyenda de las pistas Alberto Juantorena.

Camagüeyano de cuna – nació en Florida el 6 de marzo de 1967 – su formación como atleta comenzó, sin embargo en el pueblo matancero de Limonar.

Roberto Hernández y la gloria olímpica

En 1984 tomó parte el Encuentro Internacional Santiago Nakazawa, celebrado en México en el que ganó la medalla de plata e impuso el primero de los cuatro récords nacionales juveniles que estamparía en su carrera (46.44).

Al siguiente año ganaría medalla de plata en el relevo 4 x 400 de los Juegos Mundiales Universitarios celebrados en Kobe, Japón y quedaría segundo el Mundial Juvenil de Atenas

Su medalla plateada en los 400 metros lograda en los Juegos Panamericanos de Indianapolis 1987 lo convertían en un fuerte candidato a ganar una presea olímpica en Seúl. Sin embargo, al igual que ocurrió en los Juegos de Los Ángeles 1984, en medio del enfrentamiento Este – Oeste, Cuba decidió no acudir a la máxima cita deportiva.

Así perdió Roberto Hernández su primera posibilidad de tocar la gloria olímpica, justo en el momento es que disfrutaba de la mejor forma deportiva de su carrera, como lo demostró en 1989 al ganar sendas medallas de oro en 400 metros planos y el relevo 4 x 400 durante la Copa del Mundo de Atletismo celebrada en Barcelona.

La vida le daría una segunda oportunidad en los Juegos Olímpicos organizados por esa misma ciudad española en 1992. Aunque sus mejores años como cuatrocentista habían ya pasado, logró llegar hasta la final y alcanzar un muy meritorio quinto lugar. En la cita de la Ciudad Condal sí lograría la tan ansiada medalla olímpica como parte del relevo 4 x 400 que sólo cedió en la final ante el poderoso cuarteto de los Estados Unidos que estableció récord del mundo.

En esa memorable carrera en la que los cubanos quedaron por delante del relevo británico, Roberto Hernández fue decisivo cubriendo el último tramo. El relevo cubano estuvo integrado, además, por Lázaro Martínez, Norberto Téllez y Héctor Herrera.

Tras los Juegos Olímpicos de Barcelona los resultados deportivos de Roberto Hernández comenzaron a declinar. Aún así, se mantuvo en el deporte activo por un lustro hasta su retiro definitivo en 1997.

Pasó entonces a trabajar en la Federación Cubana de Atletismo y se convirtió en entrenador, prestando sus servicios en la Isla y en el extranjero.

Años después, cuando ya era un prestigioso entrenador, se criticaba a sí mismo por no haber planeado lo suficiente las carreras para optimizar los resultados, lo que achacaba a su fogosidad como corredor y a la poca paciencia, imprescindible en la carrera de 400.

Roberto Hernández Prendes «Angola» falleció prematuramente el 6 de julio de 2021.

Su muerte fue muy sentida en toda la familia deportiva cubana: Javier Sotomayor, su amigo de toda la vida; y como él integrante de la llamada «Generación del 67», escribió en las redes sociales:

«Hoy es un día muy triste para mí. Se marchó un hermano, un amigo, un compañero de equipo desde que éramos niños en Limonar. Son incontables los lindos recuerdos y experiencias que vivimos juntos y que guardaré siempre conmigo, como amigo, como colega y como el extraordinario atleta que fue»