El pueblo de Quivicán se fundó en el año 1700 en la hacienda del mismo nombre por Don Matías Pedroso, quien además de ceder los terrenos para ese propósito dispuso se facilitara todo lo necesario a los primeros vecinos.

En el propio año 1700 se levantó una ermita de guano bajo la advocación de San Pedro Apóstol, la cual sufrió varias modificaciones y reconstrucciones hasta el año 1900 en que fue completamente destruida por un voraz incendio. Reedificada doce años después volvería a ser devastada por el brutal ciclón del 26.

La Iglesia de San Pedro Apóstol de Quivicán tuvo una feligresía numerosísima y llegó a tener el rango de vicaría foránea. Bajo su jurisdicción se encontraban las tenencias de Guara, Batabanó, San Antonio de las Vegas y la distante y ultramarina de Isla de Pinos. Era tal la ascendencia de la parroquia de San Pedro Apóstol que, cuando en el año 1733, Don Francisco Duarte, primer gobernador de la Isla de Pinos se dirigió al Rey de España solicitando la fundación de un pueblo en la referida isla y al Obispo de La Habana para que le autorizase a erigir un templo, este mitrado se negó rotundamente debido a la tenaz oposición del párroco de Quivicán quien alegó:

«(…) que su territorio se desmembraba en una parte de su feligresía».

Aunque ya en la República toda esa antigua gloria era ya agua pasada, todavía los devotos de San Pedro peregrinaban al templo de Quivicán a pedirle sus favores.

Municipio Quivicán

El Ayuntamiento de Quivicán fue creado el 1ro de enero de 1879 como parte de las reformas acometidas por las autoridades españolas tras la Paz del Zanjón. Sin embargo, los ocupantes norteamericanos lo suprimirían por la Orden Militar No. 23 de 24 de enero de 1902 y anexarían su territorio al término de Bejucal. Resurgiría como muncipio pocos años después, aunque seguiría jurídicamente dependiendo de Bejucal.

Limitaba al sur con el Golfo de Batabanó, al este con el municipio Batabanó, al norte con La Salud y al oeste con Güira de Melena. Asentado sobre los antiguos corrales de Quivicán y Güiro de Boñigal totalizaba 113 kilómetros cuadrados.

Pobre en corriente de aguas, el río más importante que atravesaba el territorio era el Quivicán que regaba sus tierras, en su mayoría llanas y fértiles, con la excepción de la franja estrecha y larga de su porción meridional, pantanosa e improductiva. El cultivo fundamental era la caña de azúcar, que se molía en el central Occidente, principal fuente de empleo del municipio.

Se cultivaba también tabaco de muy buena calidad y una gran variedad de frutos menores; impidiendo la escasez de agua que la ganadería vacuna y de cerda estuviese muy extendida en sus fincas.

Además del pueblo cabecera en el municipio Quivicán destacaba el pueblo de Güiro de Marrero. Por ambos pasaba la carretera de La Habana a Batabanó quedando de esa forma enlazada la cabecera municipal con la capital de la República y el principal puerto de costa sur de la provincia. También existía una carretera desde Quivicán a Buenaventura en el vecino término de La Salud y otra hasta el pueblo de San Felipe en Batabanó.

Después de 1959

Tras la División Política Administrativa de 1976, Quivicán conservó su condición de municipio, integrado a la provincia Habana (Habana campo). Ese año le fue anexado el vecino término municipal de La Salud.

Desde el año 2010, Quivicán pertenece a la provincia de Mayabeque. Limita norte con Bejucal, al este con San José de las Lajas, al sur con Batabanó y el Golfo de Batabanó y al oeste con San Antonio de los Baños y Güira de Melena. En total alcanza una extensión de 283 km cuadrados, más del doble del que tuvo durante la República.