La calle Muralla en el municipio de Habana Vieja nace en la Avenida del Puerto y termina en la calle Monserrate, que oficialmente se nombra Avenida de Bélgica.

Se le conoce con ese nombre desde que terminó de construirse el recinto amurallado del la parte oeste de la ciudad. Como bien explica el historiador José María de la Torre, ya en 1691 la llamaban «calle Muralla» :

(…) porque siendo la principal salida de la ciudad para el campo se abrió en ella en 1721 la Puerta de la Real Muralla

Según refiere el historiador en la propia obra, la parte sur de la calle Muralla no se urbanizó hasta los finales del siglo XVIII, pues, antes de esa fecha todo el espacio comprendido entre esa calle, Teniente Rey, Habana y O´Reilly era la llamada «gran estancia de los campechanos».

Una calle Muralla y muchos nombres

Sin embargo, en 1763, al ser evacuada La Habana por los ingleses se le cambió el nombre por el de Ricla, en honor al Capitán General Ambrosio de Funes Villalpando, Conde de Ricla, quien asumió la gobernación de la Isla de Cuba entrando en su capital precisamente por esa calle.

Para conmemorar ese acontecimiento se colocó una bonita tarja de forma circular con adornos artísticos en la esquina de San Ignacio con la leyenda siguiente:

Calle de Ricla:

En memoria del Ex° S. Conde de este título destinado por SM para la restauración de esta ciudad

Año de 1763

Antes de llamarse «de Ricla», la calle Muralla fue conocida también como de la Palma, de la Alcantarilla, de la Cuna o de las Jimaguas.

De la Cuna porque en las primeras décadas del siglo XVIII funcionó la Casa Cuna en la cuadra comprendida entre la calle Oficios y la Plaza Vieja.

De las Jimaguas por una pareja de jóvenes que nacieron y vivieron allí cuando en una Habana con muy pocos vecinos cualquier parto múltiple era un acontecimiento a tener en cuenta.

De la Alcantarilla por la presencia porque en el cruce con la calle Compostela existía un puente bajo el cual pasaban las aguas de la Zanja Real.

También, fue llamada a lo largo del tiempo, y según los vaivenes políticos de la Madre Patria: de la Real Muralla y de la Constitución.

Finalmente la calle recuperaría su nombre tradicional a iniciativa del Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, máximo impulsor de una iniciativa en el Ayuntamiento de La Habana para que las calles habaneras recuperaran los nombres tradicionales por los que habían sido conocidas siempre.

En la actualidad su tramo más pujante comercialmente es a partir de la esquina que forma con la calle San Ignacio en la Plaza Vieja, donde se encuentran algunos bares de nuevo tipo y la llamada Casa de la Cerveza.