La calle Jesús Peregrino en el municipio de Centro Habana corre de este a oeste a lo largo de 11 manzanas, desde la calle Chávez hasta la Quinta de los Molinos.

A su paso, la calle Jesús Peregrino – hoy casi por completo residencial, aunque en el pasado se asentaran a su vera algunas industrias de relativa importancia – atraviesa las importantes calzadas de Belascoaín e Infanta.

Frontispicio de la Vinatera La Competidora en la calle Jesús Peregrino
Frontispicio de la Vinatera La Competidora en la calle Jesús Peregrino

De la calle Jesús Peregrino a Néstor Sardiñas y viceversa

Originalmente la calle Jesús Peregrino se llamó calle de Interián, por el apellido de Don Pedro de Interián, quien fuera dueño de esos terrenos antes de su urbanización.

El nombre de Jesús Peregrino, una clara alusión cristiana, lo recibió la calle desde comienzos del siglo XIX por un retablo con esa imagen que tenía en su casa un negro liberto y carpintero, como Jesús de Nazaret, que vivía en la calle.

Su nombre era José Antonio Aponte y según la leyenda popular había peleado con las tropas de Gálvez por la independencia de los Estados Unidos.

Aficionado a la pintura, Aponte habría realizado él mismo el retablo de Jesús Peregrino antes de ser condenado a morir en la horca acusado de encabezar una conspiración independentista.

Ya en la República, por el Acuerdo No. 184 de 10 de enero de 1912, el Ayuntamiento de La Habana decidió cambiar el nombre de la calle Jesús Peregrino por el de calle Néstor Sardiñas, en homenaje al patriota muerto durante la Guerra de Independencia.

En 1936, el historiador Emilio Roig de Leuchsenring propuso al Ayuntamiento de La Habana, y este aceptó, que todas aquellas calles que en las primeras décadas de la República habían cambiado de nombre en la ciudad recuperaran sus nombres tradicionales siempre que éstos no atentaran contra el sentimiento patriótico de los cubanos:

«Es práctica esa restitución, porque realizándose se termina con la confusión lamentable que hoy existe entre el nombre oficial y el popular, confusión en la correspondencia, confusión para el tránsito, confusión en las inscripciones de las fincas, confusión en las relaciones e industriales».