Los ómnibus arrendados llegaron a La Habana en los últimos meses de 2022 como una alternativa para la transportación de pasajeros en medio de la peor crisis del sector en los últimos 20 años.

A comienzos de ese año la situación de las guaguas en la capital del país, tras el durísimo golpe de la Pandemia y la consiguiente crisis económica del país, era poco menos que crítica. Según reconocían en ese momento los funcionarios del MITRANS en La Habana apenas ofrecían servicio 418 ómnibus que movían unos 514 700 pasajeros promedio al día en unos 4 790 viajes programados [1].

«Las principales roturas son por cajas de velocidad, pastillas de freno, por transmisión, por roturas de los parabrisas»

Ante esta situación se recurriría a paliativos, como la introducción inmediata de ómnibus de donación procedentes de Japón [2] y Bélgica [2] (estos últimos sin el acondicionamiento previo requerido para adaptarlos a las condiciones climáticas del país, lo que provocó duras críticas de la población); así como la creación de MW Urbanos [3], una aplicación gratuita para móviles que permite la ubicación geográfica en tiempo real de las guaguas que circulan.

Sin embargo, estas medidas no consiguieron poner en orden los ómnibus paralizados en los paraderos, los cuales, atrapados en la carencia crónica de divisas que sufría el país, fueron aumentando en la misma medida en que avanzaba el año.

Uno de los ómnibus arrendados en La Habana carga pasaje en la calle Belascoaín
Uno de los ómnibus arrendados en La Habana carga pasaje en la calle Belascoaín

Ómnibus arrendados en La Habana, ¿la luz al final de un túnel muy largo?

Finalmente, a mediados de 2022, el MITRANS accedería al arrendamiento de los ómnibus paralizados para su puesta en explotación por las nuevas formas de gestión no estatal, amparados en la aplicación de la Resolución 207 de 2021. Una de las decisiones más radicales que ha tomado por su impacto socioeconómico y que comenzaría a implementarse primero fuera de La Habana, donde la transportación local de pasajeros había tocado fondo.

Casi de inmediato comenzarían las dudas e insatisfacciones con una medida que tenía todo el sentido del mundo, pero que a pesar de haberse demorado casi un año para implementarse, como suele suceder casi siempre en Cuba, surgía con larguísimas horas de estudio y reuniones pero también con muchísima desorganización (casi anárquicamente en sus fundamentos básicos) y sobre todo, con muy poca información hacia los clientes finales:

«Urge una aclaración sobre cómo se forma el precio en la nueva modalidad de ómnibus arrendados de las empresas integrales de Transporte en las provincias. Un viaje de Bayamo a Santiago a 200 pesos, o 50 de Bayamo a Manzanillo, ¿es un precio justo?; ¿es el que está establecido? Viví una experiencia recientemente en la cual esto fue lo que se cobró. Me interesa tener los argumentos para exigir mis derechos.»

Periódico Granma, 8 de julio de 2022 [4]

«Es una falta de respeto que los choferes le den paseos a las guaguas y no recojan a nadie, viendo como están las paradas de llenas. Me pregunto, ¿de dónde salen?, ¿quién las controla?»

Periódico 26, 6 de diciembre de 2022 [5]

Ahora, tras el experimento en las provincias del país, los ómnibus arrendados han llegado también a la capital cubana; una acción que se agradece, pues hay pocas cosas más desesperantes que permanecer horas en una parada de guaguas atestada de gente.

Desafortunadamente, contrario a lo que sucedió en las provincias, en las que la prensa local cubrió el proceso para dar voz a los ciudadanos, los ómnibus arrendados que comenzaron a aparecer en La Habana a finales del año 2022 lo hicieron casi de forma clandestina, sin que los habitantes de la ciudad conocieran aspectos medulares como rutas autorizadas y precios del pasaje; por no hablar de las obligaciones contractuales (algo que debería ser de conocimiento público pues se trata de la entrega a una parte privada de un bien público).

Ni en la web del Ministerio de Transporte, ni en la página de Facebook de la Empresa Provincial de Transporte de La Habana ni en el Portal del Ciudadano, adscrito al gobierno de la provincia existía información publica alguna sobre la modalidad de ómnibus arrendados a comienzos de 2023, cuando ya las guaguas recuperadas y en manos de las FGNE rodaban por la capital del país.

En enero de 2023 el precio acordado para el transporte intermunicipal era (aunque oficialmente no se hubiese dado a conocer públicamente) de 5.00 pesos y se desconocían la cantidad de ómnibus arrendados que operaban y las rutas que cubrían, así como las obligaciones de los mismos y los derechos de los pasajeros.

El precio del pasaje de los ómnibus arrendados en La Habana, fijado en 5.00 pesos representaba un aumento del 250 % en comparación con el precio oficial aprobado de los ómnibus subordinados a la Empresa Provincial de Transporte que es de 2.00 pesos; si bies es cierto que era igual al de otros ómnibus de empresas estatales, como Transmetro, que ya brindaban el servicio de transportación.

Sin dudas, el arrendamiento a las FGNE de los ómnibus fuera de orden y paralizados es una de las medidas más efectivas tomadas por el MITRANS en favor de la transportación pública de pasajeros. La descentralización posibilita una mejor política de inversión y mantenimiento, lo que redundará en una vida útil mucho más larga del medio técnico y mayor productividad del mismo; a la vez que libera, en parte, al Estado cubano de una loza muy pesada, que en más de medio siglo no ha conseguido cargar ni medianamente bien.

Mas, si bien en el asunto de los ómnibus arrendados en La Habana no se puede dejar de estar de acuerdo, esto no exonera a la parte que representa a los ciudadanos (no olvidar que el transporte de pasajeros es un asunto público y los bienes que se arriendan son públicos también) de la obligación de ser transparente en todo el proceso – dando a conocer por ejemplo las condiciones contractuales, pues la premura no debe conducir jamás al error y nadie se las sabe todas – y, sobre todo, de mejorar sus políticas de comunicación en un aspecto tan sensible para la vida cotidiana de los capitalinos como las guaguas.

Por el momento, las preguntas que en el ambiente flotan sobre el funcionamiento de los ómnibus arrendados y que merecen una respuesta inmediata se pueden resumir en las cinco siguientes:

1 – ¿Cuántos ómnibus arrendados circulan en La Habana y cuántos se aspira a poner en circulación a partir del parque paralizado a largo plazo?

2 – ¿Cuáles son las principales obligaciones contractuales del arrendador y el arrendatario?

3 – ¿Cuál será el destino del dinero público que se recaudará con el arrendamiento?

4 -¿Cómo se organizarán las rutas y los horarios de los ómnibus arrendados?

5 – ¿Cuáles son los precios del pasaje establecidos para los ómnibus arrendados y en qué base legal se amparan?