Considerada como una de las leyendas vivas de la televisión en Cuba, Nancy González, es una de las actrices que mejor ha sabido combinar belleza y talento, dos condiciones que ha tenido siempre en abundancia.

Nancy González del Pino Ortiz nació en Matanzas el 17 de marzo de 1957. A la edad de 17 años fue proclamada como estrella del carnaval en su ciudad natal y decidió dedicarse por completo al mundo de la actuación.

En 1981 se licenció de Licenciatura en Artes Escénicas por el ISA y comenzó su vida laboral en el Conjunto Dramático de Matanzas -que poco después de su incorporación, cambiaría su nombre a el Mirón Cubano-, luego de graduarse con la obra «La emboscada», bajo la dirección de una grande como Flora Lauten.

Por casi un lustro, Nancy González se dedicó casi exclusivamente al teatro. Sólo intervino en un par películas: «Jíbaro» (1984), de Daniel Díaz y «De tal Pedro, tal astilla» (1985), de Luis Felipe Bernaza.

Una muy jovencita Nancy González como "Bella" en "La bella y la bestia"
Una muy jovencita Nancy González como «Bella» en «La bella y la bestia».

En sentido general, y a pesar de su enorme popularidad en la Isla, la actriz ha incursionado poco en el cine, pues a «Jíbaro» y «De tal Pedro…» se le suman, apenas, tres filmes más, entre los que destacan «Caravana» (1990) de Rogelio París y «Zafiros, locura azul» (1997) en el que interpretara a una memorable Ofelia.

Nancy González, estrella de la televisión

Sin embargo, si en el conjunto de su larga carrera, la impronta de Nancy González en el cine se puede calificar de «testimonial», en la televisión ha sido un terremoto, una de las grandes divas de la pequeña pantalla en Cuba de todos los tiempos.

Su debut en la televisión se produjo en el año 1986 en la telenovela «Un bolero para Eduardo» en la que compartió elenco con Susana Pérez. A partir de entonces su carrera entraría en una espiral ascendente que tocaría su punto más alto en la primera mitad de la década de los 90′.

Ya en plena madurez artística, Nancy González desataría todo su talento e histrionismo sobre el personaje de Amalia en «Pasión y prejuicio«, telenovela que puede ser considerada, en justicia, entre las cinco mejores producciones que se han realizado en Cuba dentro de este formato audiovisual.

Si bien, antes de la emisión de «Pasión y prejuicio», Nancy González era ya considerada una estrella, con el personaje de Amalia entró para siempre en el imaginario popular.

Gracias a su talento y reconocimiento nacional durante muchos años se desempeñó como Embajadora Cultural de Buena Voluntad de la UNICEF en Cuba.

Mujer de belleza arrolladora como pocas, Nancy González no fue sido jamás – a diferencia de otras actrices que han destacado por su sensualidad y sexualidad en la pantalla – considerada como un sex simbol por su legión de admiradores.

Nancy González fue (es) tan buena como actriz que nunca necesitó «mostrar carne» para desatar anhelos. Su físico fue el complemento de su talento y no al revés; su belleza, fue siempre fina, delicada y desprovista de cualquier atisbo de vulgaridad.