Moraima Secada, que era su nombre artístico, porque en realidad se llamaba María Micaela Secada Ramos, nació el 10 de septiembre de 1930 en Santa Clara, Las Villas, y desde pequeñita le apodaron «La Mora».

Con sólo diez años de edad sus padres se la llevaron a vivir a La Habana, a una humilde casita en la calle Oquendo No. 820 esquina Peñalver, barrio de Pueblo Nuevo. Como su familia era muy pobre, Moraima Secada tuvo que trabajar desde jovencita en un tren de planchado que existía en la calle San Lázaro No. 660 entre Belascoaín y Gervasio.

En ese pequeño negocio, la Mora planchaba las batas que en sus presentaciones utilizaba la gran Celia Cruz; y fue allí donde retomó el sueño de ser cantante, que le había acompañado desde que con apenas tres años se presentara ante los micrófonos de la CMHI de Santa Clara en un programa infantil que patrocinaba la revista Ninfa y, luego con diez abriles, y ya viviendo en La Habana, en la Corte Suprema del Arte en la que ganó uno de los primeros premios.

Como le atraía la música, aunque nunca había tenido la posibilidad de estudiarla, comenzó a frecuentar la casa del compositor Jorge Mazón en la calle Marqués González 506 entre Pocito y Jesús Peregrino. En esa vivienda acudían regularmente César Portillo de la Luz, Ángel Díaz, José Antonio Méndez, Haydée Portuondo, Elena Burke y Aida Diestro, quienes comenzaban a adentrarse en los caminos de lo que luego sería conocido como feeling, y que le animaron a no abandonar el sueño de convertirse en cantante.

Moraima Secada, la Mora de Anacaona

Sería precisamente, gracias a uno de los asistentes a estas veladas de la calle Marqués González, el compositor César Portillo de la Luz, quien se la presentó a Concepción Castro, directora de la orquesta femenil Anacaona, que Moraima Secada conseguiría debutar profesionalmente como cantante en 1950.

Las D' Aida, el conjunto vocal que convirtió en estrella a Moraima Secada
Las D’ Aida, el conjunto vocal que convirtió en estrella a Moraima Secada

Anacaona sería la escuela de la Mora, en la que se formó como cantante y perfeccionó la técnica a la que había llegado de forma empírica. Con la orquesta de Concepción Castro, cuya influencia en toda su carrera posterior es innegable, Moraima Secada realizó su primera gira al extranjero y se consagró.

En la Orquesta Anacaona se encontraba también su amiga Haydée Portuondo, a quien conocía de la casa de Jorge Mazón. Junto a ella, su hermana Omara Portuondo y Elena Burke, Moraima Secada pasó a integrar el cuarteto Las D’Aida, que fundó en 1952, la pianista y compositora Aida Diestro, otra de las habituales de las tertulias del feeling en Marqués González 506.

Las D’Aida constituyeron una revolución dentro de la música en Cuba, al punto que al día de hoy muchos expertos le siguen considerando la agrupación vocal más importante de la historia de en la Isla.

Durante los años que cantaron juntas, Las D’Aida fueron habituales en la radio y la televisión, y los empresarios de los pcabarets más importantes de la época, Tropicana y Montmartre, les ofrecieron suculentos contratos para integrarlas a sus espectáculos.

Con Las D’Aida llegaron Moraima, Elena y Omara a convertirse en grandes estrellas, pues si bien cantaban juntas en el cuarteto, desarrollaron cada una su propio estilo como cantantes.

En 1960 Moraima Secada abandonó Las D’Aida para convertirse en solista, pero siempre mantuvo un profundo sentimiento de agradecimiento hacia Aida Diestro:

«Con Aida Diestro aprendí a tener un pleno dominio de mi voz, de la afinación, de la armonía, y el rubateo dentro del ritmo. Aida era estelar (…)»

Moraima Secada

De Memé Solís a «Amigas» ida y vueltas de una estrella

Sin embargo, su aventura en solitario duro apenas unos meses, pues ese mismo año se integró como cantante al Cuarteto de Memé Solís, quien en varias ocasiones le había acompañado al piano cuando formaba parte de Las D’Aida y entendía que «La Mora» era precisamente lo que necesitaba para redondear su conjunto.

Moraima Secada en el Cuarteto de Memé Solís
Moraima Secada en el Cuarteto de Memé Solís

Moraima se mantuvo con Memé hasta el año 1964 en que, definitivamente, se convirtió en solista. Su primera presentación en esta faceta se produjo nada más y nada menos que en el Salón Libertad del Hotel Nacional.

Su personalidad arrolladora y la pasión con la que interpretaba atraía multitudes, como la del 27 de mayo de 1972, cuando dio su primer recital acompañada por la Orquesta Cubana de Música Moderna y abarrotó el Teatro Auditórium Amadeo Roldán.

Toda en su vida era éxito y alegría hasta que una catástrofe personal la golpeó con toda su fuerza. Su esposo, que era sobrecargo de Cubana de Aviación murió el 6 de octubre de 1976 cuando el avión en que viajaba de Barbados a La Habana fue derribado por terroristas. Desde entonces Moraima, a juicio de quienes la conocieron, perdió la alegría de vivir y se sumió en la tristeza.

A su rescate vinieron sus compañeras de Las D’Aida, Elena Burke y Omara Portuondo, quienes se la llevaron en una gira por Cuba y el extranjero en la que triunfaron con la canción «Amigas», que para ellas tres en especial compusiera Alberto Vera. Esta canción, para suerte de la música cubana sería grabada e incluida en el documental «Omara» que en 1984 estrenara el cineasta Fernando Pérez.

Omara Portuondo, Elena Burke y Moraima Secada cantan el súper éxito «Amigas» de Alberto Vera.

Ese mismo año 1984, el 30 de diciembre moría Moraima Secada, víctima de una afección hepática. Con su muerte perdía Cuba una de las voces más cautivadoras y una de las personalidades más arrolladora que han pasado por los escenarios.