Muy cerca de la intersección de las calles Prado y Malecón se levanta el Monumento a los Ocho Estudiantes de Medicina, erigido en 1890 para que no cayese jamás en el olvido uno de los crímenes más atroces cometidos por el poder colonial en Cuba.

Un crimen terrible

Poco antes de las 4:30 de la tarde del 27 de noviembre de 1871, en la explanada de la Punta, eran fusilados ocho jóvenes cubanos, estudiantes de Medicina, acusados injustamente y condenados a muerte por haber profanado la tumba del periodista español Gonzalo de Castañón.

Los jóvenes Carlos Verdugo, Ángel Laborde, Anacleto Bermúdez, Pascual Rodríguez, Eladio González, Carlos de la Torre, José de Marcos Medina y Alonso Álvarez de la Campa, cayeron ante el pelotón de fusilamiento, víctimas del Cuerpo de Voluntarios de La Habana, instigador y artífice del vil asesinato.

Monumento a los Ocho Estudiantes de Medicina

El Monumento a los Ocho Estudiantes de Medicina se erigió gracias a la infatigable labor de Fermín Valdés Domínguez, quien fuera compañero de los jóvenes asesinados, estuviese imputado en el injusto proceso y finalmente resultase condenado a presidio.

Tras ser liberado, Valdés Domínguez se dedicaría en cuerpo y alma a rescatar del olvido y limpiar el nombre de «sus hermanos caídos el 27 de noviembre de 1871».

Sobre este noble empeño escribiría años más tarde:

«(….) la bandera (…) al lado del pedazo de pared de la Punta, dice al mundo que allí está algo de nuestro corazón, que aquella sangre allí derramada, hace de aquel lugar, altar donde nuestro amor a la nacionalidad nos tiene siempre de pie (…) «

El dinero necesario para la construcción del Monumento a los Ocho Estudiantes de Medicina se recabó por suscripción pública y tuvo un costo final de 30 000 pesos. De ellos, el pueblo aportó 25 000, y los 5 000 restantes fueron aportados por familiares de las víctimas.

INOCENTES

El Monumento a los Ocho Estudiantes de Medicina está conformado por un templete que protege de los elementos a un trozo del paredón que formaba parte de los barracones del Cuartel de Ingenieros, demolido en 1901.

La concepción del conjunto pertenece al escultor cubano José Vilalta Saavedra y la construcción del mismo corrió a cargo del arquitecto norteamericano Barden.

Monumento a los Ocho Estudiantes de Medicina

En el antiguo fragmento del paredón se encuentra una urna funeraria que simula guardar los restos de los estudiantes, aunque en realidad se encuentra vacía, pues estos descansan en la Necrópolis de Colón.

Sobre la urna aparece representada la alegoría del Tiempo y a la izquierda de la misma la de la Justicia. Por último, en la base, una figura esculpida que representa la inocencia atraviesa una puerta, como de las tinieblas a la luz.

En la sencilla tarja de mármol se lee una sola y simbólica palabra, en letras mayúsculas y negras:

INOCENTES