El 24 de septiembre* de 1928, en una casa del barrio Cayo Hueso ubicada en Neptuno y Hospital, bien cerca del parque Trillo, nació la voz femenina de los cantos Yoruba: Merceditas Valdés, La Pequeña Aché de Cuba.

Mercedes Valdés Granit, nació en un barrio rumbero, religioso y musical, donde la pequeña desarrolló de manera natural, su talento innato para el canto, a pesar de la oposición de su padre Angelito «El Dichoso» Valdés -quien curiosamente era músico del conjunto “Los Roncos” dirigido por Ignacio Piñeiro-, pero la niña Merceditas Valdés contó con el apoyo de su madre, quien le permitía que asistiera a los toques de santo y fiestas religiosas de la zona, donde muchas veces le permitían cantar.

Merceditas Valdés, una escuela de monjas y las hermanas de Obdulio Morales

Suele decirse -metafísicamente hablando- que el talento siempre encuentra la manera de abrirse paso, y la historia de «La Aché» bien parece reforzar el caso. Pues fue en el lugar más insospechado donde la oportunidad se presentó ante Merceditas Valdés.

En la calle Lealtad entre Salud y Reina, se encontraba la escuela de monjas “Las Oblatas de la Providencia”, a donde comenzó a asistir. En ese recinto conoció, e hizo amistad, con unas jóvenes que eran las hermanas del importante músico folclórico Obdulio Morales, quien sería una influencia decisiva en la carrera musical de  «La Aché«.

Las jóvenes convencieron a Merceditas Valdés, y a su madre, para presentársela a su hermano, quien maravillado del talento de la muchacha la tomó como alumna. Ahí empezó su camino  a la fama.

Carrera profesional

El primer escalón en su fecunda carrera musical, fue -como para Rosita Fornés, Elena Burke, y tantas otras- el primer premio obtenido en «La Corte Suprema del Arte«, gracias a la interpretación de las obras «Babalú«, de Margarita Lecuona, «La negra Merced«, de Ernesto Lecuona, y «El churrero«. Según Ramón Fernández Larrea:

Se estrenó en aquel duelo de grandes que fue La Corte Suprema del Arte, espléndida y menuda, como el triunfo de un continente desconocido, oscuro, que fundaba un rostro diferente en mi tierra.

Radio Gladys Palmera

Su voz fue la carta de triunfo de donde se colgó todo un género, tanto que fue  de las primeras cantantes de música yoruba que grabó un álbum, llamado «Toques de Santo» -en abril de 1949 según unos, 1946 según otros, para la marca Victor-, ayudando así a difundir por el mundo la música afrocubana. 

Su excelente voz y enorme calidad interpretativa pronto destacaron – contrastando con su pequeña estatura-, y formó parte de los más reputados espectáculos de La Habana de entonces, cantando, o girando por el mundo, con figuras de la talla de Ernesto Lecuona, Gilberto Valdés, Miguelito Valdés, el propio Obdulio Morales, Argeliers  León, etc. 

Merceditas Valdés

Brillo a su vez en los shows del cabaret Sans Souci -con el cual recorrió los Estados Unidos- y el Tropicana, donde bajo la dirección de Rodney compartió escena con Nat King Cole, y Sarah Vaughan.

Nace el sobrenombre: La Pequeña Aché de Cuba.

Es importante la labor de difusora de Merceditas Valdés, las barreras que su voz logró romper no se limitaron solo a las marcas de grabación. Así fue como todos los domingos de 1944, y gracias a los micrófonos de Radio Cadena Suaritos, salió al aire por vez primera un programa de música afrocubana, con Obdulio Morales y Merceditas como figuras fundamentales.

Ese programa hizo que el Dr. Fernando Ortiz la escuchara, y acudiese a conocerla, tal suceso, más que un simple encuentro, sería un punto importante en la difusión de la cultura Yoruba en Cuba.

Merceditas Valdés
Merceditas Valdés y Fernando Ortiz

Ello se debe a que Ortiz le propondrá que asista como intérprete a sus conferencias, en la cual la usará para ilustrar la huella de la música africana en la formación de la nacionalidad  cubana, en esos años en que comenzó a derrumbarse el mito de una Cuba solamente blanca. 

Estas conferencias se repetirian en 1951, abarcando todo el país, para el inicio de ese ciclo Fernando Ortiz hizo actuar a Merceditas Valdés, sus tambores y cánticos, en la mismísima Aula Magna de  la Universidad de La Habana.

De esa relación, y sin que este autor conozca motivos o explicaciones, nació el sobrenombre que la acompañó toda la vida, además del calificativo de «documento etnográfico vivo«. 

Grabaciones

Según el sitio Wikipedia las grabaciones efectuadas, además de la ya mencionada, son:

Merceditas Valdés

1954: Santero (Panart) – presentando también otros cantantes, bajo la dirección de Facundo Rivero.

1960: Merceditas Valdés con los Bucaneros (Panart Nacionalizada)

1961: Carnaval 1960-61 (ICD) – con otros artistas, bajo la dirección de Carlos Ansa.

1982: Aché (EGREM)

1988: Aché II (EGREM)

1989: Orishas: Aché III (EGREM)

1990: Cubanísimo (EGREM/Fonomusic) con otros artistas, bajo la dirección de Andrés Alén y Ramón Huerta.

1990: Aché IV (EGREM) – con Yoruba Andabo

1993: Aché V (EGREM) – con Yoruba Andabo

Sencillos

195x: Canto oriundo lucumí (1 & 2) (SMC)

1952 «Yemayá» «Changó«, disco. Mongo Santamaria y sus afrocubanos.Sello: SMC Pro Arte-SMC- 592

1957: «Er día que nací yo» / «Ya me cansé» (Puchito)

1960: «Una pena» / «Vida, mi delirio es quererte» (Panart Nacionalizada)

1961: «A coger la guampara» (INC)

1961: «Ochún» / «Yemayá» (INC)

1964: Rezos yorubas (EGREM)

1964: «Invocación a Elegua y a Changó» / «Tasca-Tasca» (EGREM)

1964: «Muriéndome de risa» / «Devuélveme el coco» (EGREM)


La larga, e importante carrera de Merceditas Valdés, se extendió hasta prácticamente su fallecimiento, el 13 de junio de 1996 en la Habana. 

Merceditas Valdés

*El sitio de Radio  Cadena Habana, en un artículo firmado por Omar Echevarría Rodríguez, sostiene que en realidad el nacimiento fue el 14 de octubre, y que la fecha aceptada proviene de creer -erróneamente- que el nombre se le da por haber nacido el día de Las Mercedes.