La Rampa en 1956 comenzaba a consolidarse como el centro urbano de la capital; más moderno y de mayor proyección mercantil que la antigua conjunción alrededor del Parque Central y las calles de la Habana Vieja.

Este desarrollo y expansión desde finales de los años cuarenta del siglo XX, no hubiese sido posible sin la Asociación de Comerciantes de La Rampa que como las de la calle Reina, Obispo y Prado, llegó a reunir a grandes fortunas con probadas influencias en el gobierno que les permitiría mejorar las conexiones cercanas a sus negocios.

Si los comerciantes de las asociaciones cercanas al Parque Central y el Prado -antiguo centro urbano de la ciudad- comenzaban a luchar con los problemas de la congestión del tráfico y las dificultades de acceder a estas zonas céntricas de la ciudad; el florecimiento del barrio del Vedado y su expansión atrajo a no pocos hombres de negocios que comenzaron a maniobrar para crear un gran centro mercantil, más moderno y accesible, a tono con las necesidades de expansión de la ciudad.

La Rampa en 1956

La calle 23, -que durante una época se llamó Avenida del General Machado– fue conocida como La Rampa por su empinado trecho entre el Malecón y la calle L desde que se edificara -en el entonces páramo terreno de 23, 21, L y K- el Hospital Reina Mercedes a finales del siglo XIX.

La Rampa

Sin embargo, no era un recorrido agradable el acceso desde el Malecón y la calle Marina-por donde discurría el tranvía del Vedado, conocido como «La Cucaracha»- pues según las crónicas de los costumbristas coloniales el terreno rocoso se convertía en un lodazal con las lluvias, lo que hacía pasar penurias a los médicos, enfermos y demás personas que debían acceder al Hospital.

Sería durante la ocupación militar norteamericana 1899-1902 cuando se comenzarían a pavimentar en gran medida muchas zonas de La Habana. Y la calle 23 se pavimentó, precisamente, hasta L, dejando el tramo hasta el malecón trazado pero sin pavimento. En aquel entonces por el costado impar de 23, que ocupan edificios como Ambar Motors y el Banco Atlántico, el antiguo cabaret Montmartre, etc., existía una cantera con el nombre de la Cueva.

En los años veinte la zona de La Rampa fue ganando en vecinos que vertían sus pórticos y entradas a la calle 23, por esta década se construyó el edificio Alaska -usualmente conocido como el primer habitante propiamente dicho de La Rampa y que desapareció en el año 2003-, el edificio de la Ford en la esquina de P -al costado del Hotel Nacional, donde también estuvo el Cabaret Hollywood- y del otro lado el edificio que acogería al cabaret Montmartre y que en ese entonces era la sede de la Dodge en Cuba y que posee una extensa historia propia.

La Rampa en 1956

Volviendo sobre la rampa en 1952, como hemos visto, el desarrollo en la zona hasta 1947 que se construye el portentoso Radiocentro de los hermanos Mestre era bastante limitado y será durante las siguientes décadas que la construcción en esta zona en particular, y el Vedado en general renacería al cesar las restricciones existentes (leer más aquí) que provocaron cierto estancamiento en la zona.

Con estos antecedentes y llegaría el 13 de marzo de 1950 cuando se constituía la Asociación de Comerciantes de la calle 23. Aunque no sería hasta el 22 de abril de 1952 que se inscribiría en el registro del Ministerio de Comercio con número 143608. La Asociación de Comerciantes de la calle 23 tenía su dirección comercial en el no. 105 correspondiente al conocido edificio Idal (apartamento 222) de la icónica vía y constaba en 1952 con 32 miembros en activo, editando además su propia revista con el nombre de La Rampa.

Junta directiva de la Asociación de Comerciantes de La Rampa. En 1958 su presidente era doctor Alberto Fuentevilla Gil.

Entre los fundadores estaba Abel Mestre en representación de los hermanos Mestre, dueños del Circuito CMQ -que habían recibido años antes una excepción para construir en el Vedado el magnífico conjunto del Radiocentro y el cine Warner-, Timothy James Ennis, quien representaba al Hotel Nacional de Cuba y se haría construir por Ricardo Porro una de las residencias más conocidas de Nuevo Vedado.

Aunque los integrantes más conocidos eran los oriundos de Tampa -y relacionados por distintas fuentes al hampa norteamericana- Amadeo Barletta Sr y su hijo de igual nombre -dueños del edificio de Ámbar Motors entre múltiples inversiones hoteleras y relacionadas con el juego y la noche-, Amadeo Barletta Jr recién comenzaba a asentar su Canal 2, registrado bajo Telemundo que tenía su sede en los altos de 23 y P.

Casi todas las grandes empresas cercanas a la calle 23 tenían representación de algún tipo. La conocida funeraria Caballero estaba representada por su propietario Rafael Caballero, y Cos Vega y J.A.Garrido hacían lo propio con la Cafetería Wakamba pero en general destacaba la presencia de la banca y demás compañías vinculadas con la inversión y los negocios bursátiles.

La Rampa, marca registrada

Desde la fundación de la ACC23 en 1950 se iniciaron una serie de gestiones para dotar a las cinco manzanas de la calle 23 de un nombre a modo de marca. El término «La Rampa» fue el elegido por las características geológicas del terreno y su inclinación progresiva hacia el malecón -y el obelisco de la entrada de 23 dedicado a José Martí-.

Una vez quedó registrado el término a favor de dicha asociación y el Ayuntamiento dio el visto bueno para el uso del mismo con fines comerciales, se procedió a un exhaustivo proceso de pavimentación, mejora de alumbrado y la instalación de semáforos que controlasen el tráfico en la zona.

La extensión de la nomenclatura «La Rampa» se extendía a las calles 23, Infanta, Humboldt, 25, 21, P, O, N, M y L creando la zona comercial más potente de la ciudad.

Una de las esquinas icónicas de La Rampa, 23 y O.

Estaban registrados más de cien bufetes de abogados y notarios, trece agencias de anuncios y publicidad, más de veinte arquitectos tenían su estudio en la zona y cerca de noventa asociaciones de todo tipo. El grueso de los negocios de la zona estaban relacionados con los automóviles. Desde agencias de venta, piqueras, estaciones de servicio, estacionamientos, renta y reparaciones.

Por supuesto, los bares y restaurantes daban colorido a la concurrida zona y varias aerolíneas comenzaban a radicarse allí, alejándose del Paseo del Prado y la calle Trocadero donde estuvieron durante varios años. Tres de los cuatro clubes profesionales de béisbol tenían en La Rampa su oficina. Cercanos a la sede de la Liga Cubana de Béisbol Profesional que se encontraba en la calle L, no. 353.