Que la mariposa es la Flor Nacional de Cuba lo saben hasta los niños más pequeños, como también toda la patriótica historia que se esconde detrás de sus delicados pétalos blancos. Sin embargo, el cómo y el porqué se llegó a declarar esta extranjera planta como símbolo nacional, son preguntas que entran en la dimensión de lo desconocido para buena parte de los cubanos, sin importar la edad.

Hedychium coronarium es el nombre científico de esta perfumada flor de flores blancas muy perfumadas, que todos conocemos con el nombre común de mariposa. Nativa del Asia Oriental se reproduce de forma natural y extensiva, llegando a ser considerada en muchos lugares como una especie invasora.

Fue introducida en Cuba por los colonizadores españoles, probablemente de manera accidental, pues sus tallos herbáceos se utilizaban como relleno para acolchar los lechos de los esclavos y otras personas de baja condición.

La mariposa llegó a ser muy popular entre las mujeres cubanas ya en el siglo XIX y se cultivaba de forma intencionada en jardines y patios. Tanto por su belleza, como por su perfume solían llevarla las damas como adornos en sus cabellos y las usaban en los ramilletes de novia por su inmaculado color blanco.

Se da por cierto que durante las Guerras de Independencia contra España las criollas que colaboraban con los insurrectos escondían los mensajes comprometedores entre los pétalos de las mariposas y sus cabellos para burlar la vigilancia de las autoridades coloniales.

Mariposa Flor Nacional de Cuba

En 1936, el Jardín de la Paz de la ciudad de La Plata en Argentina, dirigido por el ingeniero Alberto Oitaven solicitó a los gobiernos del continente americano que designaran una Flor Nacional para exhibirlas juntas en un espacio de la institución como muestra de confraternidad de las naciones americanas.

Como no se había designado hasta ese momento ninguna Flor Nacional de Cuba, la Secretaría de Agricultura creó una comisión, integrada por los más prestigiosos botánicos del país para que escogieran a cual flor entre las candidatas propuestas debía corresponder el honor de representar a Cuba.

La Comisión compuesta por Juan Tomás Roig (jefe del departamento de Botánica de la Estación Agronómica Experimental de Santiago de las Vegas), Antonio Ponce de León, (director del Jardín Botánico de la Universidad de La Habana), H. Monteagudo, (catedrático de Filotecnia de la Escuela de Ingeniería Agronómica de dicha institución), José M. Santos y Félix Malberti, (director de Agricultura y jefe de la sección de Consultas y Cultivos, respectivamente, de la Secretaría de Agricultura); decidió que, por su arraigo entre los cubanos y su vinculación con la historia patria, la mariposa (Hedychium coronarium), a pesar de su condición de «extranjera» debía de ser considerada como la Flor Nacional de Cuba[1].

Como curiosidad se debe mencionar que también fueron consideradas para el honor de Flor Nacional de Cuba las siguientes flores: el galán de la noche, el jacinto de agua, el lirio de san juan, el aguinaldo y el garbancillo; las cuales quedaron en ese mismo orden de preferencia cuando se llevaron a votación las propuestas.

Quinta de los Molinos en La Habana, donde en 1936 se proclamara a la mariposa como Flor Nacional de Cuba
Quinta de los Molinos en La Habana, donde en 1936 se proclamara a la mariposa como Flor Nacional de Cuba

Finalmente, el 13 de octubre de 1936, en el Jardín Botánico de La Habana, sito en la Quinta de los Molinos, la mariposa fue designada oficialmente como Flor Nacional de Cuba y el 19 de noviembre de 1936 fue plantada en el Jardín de la Paz de la ciudad de La Plata junto a las flores nacionales de las demás naciones americanas.

Mariposa atributo nacional

Sin llegar a tener la connotación oficial que presentan los símbolos nacionales (Bandera, Escudo e Himno Nacional), cuyo uso está sujeto a lo establecido en la Constitución de la República de Cuba; la mariposa Flor Nacional de Cuba se considera un atributo nacional:

Por su blancura que se asocia a la pureza de los ideales independentistas y a la paz, también presentes en dos franjas de la enseña nacional, porque fue empleada como una especie de clave entre las mujeres que participaron en las guerras liberadora del XIX, y porque es, además, símbolo de la delicadeza, gracia y esbeltez de la mujer cubana».

Notas

[1] También formaron parte de la Comisión encargada de escoger la Flor Nacional de Cuba, importantes figuras de la cultura nacional como el sabio Fernando Ortiz.