El 16 de agosto de 2016, en medio del breve deshielo entre Estados Unidos y Cuba, llegaba a La Habana, Madonna, la Reina del Pop, para celebrar en la capital cubana su cumpleaños 58.

Para hospedarse, la diva, que permaneció tres días en La Habana, escogió el hotel Saratoga, en la esquina de Prado y Dragones; un establecimiento de cinco estrellas que ha sido constantemente preferido por las más importantes personalidades que han visitado la ciudad.

Madonna en La Habana

Madonna no perdió el tiempo en La Habana: Caminó relajada por el Centro Histórico de la ciudad, se paseó en los célebres almendrones (con los que compartió unas cuantas fotos en sus redes sociales), cenó en las paladares más famosas y, sobre todo, compartió con sus fans cubanos, pues donde quiera que iba la rodeaba una multitud de admiradores.

Sin embargo, a pesar de encontrarse constantemente rodeada de fans en sus desplazamientos, la propia Madonna declaró a los medios que en ningún momento se sintió acosada, y prueba de ello es que decidió desplazarse por la ciudad sin el despliegue de seguridad que habitualmente le acompaña.

Durante todas sus andanzas habaneras acompañaron a Madonna sus estilistas personales y el fotógrafo Steven Klein, uno de los grandes del lente y la moda y habitual en los catálogos de Nike, Dolce & Gabbana o Calvin Klein.

Una de las paladares que visitó la cantante en su travesía habanera fue «La Guarida», en la calle Concordia 418. Este restaurante, uno de los más reconocidos de La Habana, se encuentra situado en un antiguo y hermoso edificio que sirvió de locación a «Fresa y chocolate», la que es considerada por muchos como la mejor película cubana de todos los tiempos.

En «La Guarida», Madonna fue agasajada por los cantantes cubanos Isaac Delgado y El Micha, quienes animaron la cena privada de la vedette norteamericana.

La visita de Madonna en 2016 se vino a sumar a las de Kathy Perry, Leonardo Di Capri, Beyoncé, Jay Z, París Hilton, los Rolling Stone y las hermanas Kardashian; un verdadero desfile de estrellas que hizo a La Habana por un breve tiempo la ciudad de moda del turismo mundial.