Liuba María Hevia es una de las mas importantes cantautoras cubanas de todos los tiempos, dotada de una voz muy especial, capaz de acomodarse lo mismo a la música campesina que a la infantil.

Aunque según ella misma ha dicho parece guajira por su forma tímida de ser, Liuba es habanera, del Cerro, donde nació un 14 de diciembre de 1964. De padre villareño y madre matancera. De ambos heredó el gusto por la música guajira, los tangos -los cuales suele cantar en la intimidad del hogar-, y la cultura.

Liuba Maria Hevia
Todas las fotos son tomadas del sitio web de la artista

Liuba María Hevia entre guajiras y granos de canela

El largo romance de Liuba con la música comenzó desde niña, pues siempre le gustó cantar, tanto que solía reacomodar los juegos infantiles -que en unión de sus muchos primos y hermanos- que hacían a diario para que alguien cantara, de esa manera si jugaban a los pistoleros siempre había un pistolero cantor, y así. Por esa época infantil comenzó además su romance mas largo, la eterna relación con su guitarra, de donde salieron luego -estando en secundaria- sus primeras canciones.

Su extensa memoria musical es famosa entre sus íntimos, quienes afirman -¿hiperbólicamente?- que Liuba María Hevia se sabe todas las canciones, ella misma reconoce tener una gran facilidad para retener textos y armonías, debido en gran medida a la melomanía que desde pequeña le acompaña.

Liuba Maria Hevia
Liuba Maria Hevia y su madre

En el año 1982, con dieciocho años, se une al movimiento de la Nueva Trova, participa por entonces en el programa Todo el mundo canta, trabaja de terapeuta musical en una escuela de conducta, a la vez que matricula en instructores de arte.

En el programa musical televisivo hasta hoy más importante de este país, Liuba llega hasta la misma final:

yo fui ganadora hasta la trimestral, la semestral, y el último día no estuve bien.

Cubadebate

Más la participación le dio cierto reconocimiento nacional, e incluso su primer videoclip, grabado poco después, donde interpreta un tema que hizo pensar a toda Cuba que era una madre joven, debido a la sensibilidad con la que interpretaba las estrofas de Mi niña imaginada.

El Conjunto Artístico de las FAR

En entrevista concedida a Amaury Pérez Liuba María Hevia se refirió a la importancia que tuvo para su crecimiento como artista el integrar El Conjunto Artístico de las FAR:

Trabajé con músicos extraordinarios, con cantantes fabulosas como Raquel Hernández, Flora Mazorra, trío Guitarras Cubanas, la orquesta Sonoridad, trabajé con los artistas, los bailarines fabulosos que había en el Conjunto Artístico de las FAR.

Conocí artistas plásticos tremendos, fue una experiencia muy buena. Y ese concepto de espectáculo que fui imaginándome luego, realmente nació con esas vivencias del Conjunto Artístico de las FAR. Le debo muchísimo a ese trabajo.

Aunque parezca raro con ellos Liuba María Hevia cumplió diez misiones, cinco a Nicaragua, cuatro a Etiopía y una a Angola.

Liuba Maria Hevia
Liuba María Hevia y su grupo.

Para 1990, aproximadamente, crea su primer grupo, momento en que comienza a definir un camino y una sonoridad propia dentro del fértil panorama musical cubano. El primer gran resultado es su primer CD Coloreando la esperanza (1993), el cual fue recibido con marcadas opiniones diferentes, muchos le auguraron un corto camino, mas otros como la gran Celina González, en medio de un concierto la marcó al decirle:

Niña, tú no naciste llorando, tú naciste cantando

Juventud Rebelde

Un momento importante, que marcó su vida profesional fue la relación con la malograda y talentosa Ada Elba Pérez -poeta, cantautora, escritora y pintora, muerta muy joven en un lamentable accidente de tránsito-, la propia Liuba María Hevia ha dicho:

Conocer a Ada, que es una mujer tan grande, una mujer con un espíritu tremendo, con una sensibilidad extraordinaria, a la que le importaban los demás también y los trabajos sociales, empezaron con ella, en el Hospital Fructuoso Rodríguez, por ejemplo.

Muchas de las canciones infantiles de Ada Elba Liuba las grabó luego y las volvió éxitos rotundos:

De hecho, yo conocí a Ada en una exposición de Olimpia Ortiz, una gran artista plástica y ahí Ada estaba tocando la guitarra. Canciones como «Señor arcoíris», «Ana la campana», «El Cangrejo Alejo», el «Trencito y la hormiga», «El Vendedor de asombros», todas esas canciones son de Ada, ¿qué ocurre? que cuando Ada fallece dejó un casete con algunos fragmentos de canciones como «Caracolillo de coral», que tuve la dicha de compartir contigo en un disco. «Estela granito de canela» y «Travesía mágica», que es la Calabacita. En Estela, por ejemplo, ella dejó grabada: «Estela es un granito de canela / que no quiere, que no quiere / caer en la cazuela». Y ¿qué hago yo? Se escapó por la ventana / con comino, con laurel / con orégano y su amigo pimentón.

Yo hago letra y música, pero a modo de continuidad, algo que no te sé explicar cómo salió, no te lo sé explicar porque continuar un trabajo que alguien tiene insinuado me parece que es algo complicado. Pero el amor tiene misterios tremendos.

Si yo no te digo dónde están los empates, tú no puedes imaginarte dónde están, en «Travesía mágica», ella hizo toda la primera parte, yo lo que hago es continuar la segunda, como ves no tiene estribillo, es una canción que es A, B.

Otra influencia importante en Liuba fue la amistad que la unió a Teresita Fernández, de ella salieron importantes colaboraciones que entremezclaban la obra de ambas.

Hasta el 2021 Liuba María Hevia ha grabado mas de veinte álbumes, y realizado colaboraciones con importantes artistas nacionales e internacionales, como el dúo que realizó, sin que se hubiesen visto, ni coincidido en estudios, con la interprete española Ana Belén, interpretando Tristeza.

Liuba María Hevia, la niña que nació cantando, no imagina un momento de su vida donde no la acompañe la música.

Dos canciones

Tristeza

A Fernando Pérez y su «Suite Habana».
Tristes guerras si no es amor la empresa,
tristes, tristes.
Tristes armas si nos son las palabras,
tristes, tristes.
Tristes nombres si no mueren de amores,
tristes, tristes.
(Miguel Hernández)
Dime tristeza si en tu montura
cabalga siempre la soledad,
si eres escarcha, si eres la bruma,
si llevas presa la libertad.
Tristeza escarcha, tristeza bruma,
tristeza nido de la yagruma,
letal suspiro de las alturas
salva el imperio de la locura.
Dime tristeza si tus pupilas
son el espejo de esta ciudad,
Si ya no escampas, si me adivinas,
si eres el precio de la verdad.
Tristeza escarcha, tristeza bruma,
tristeza nido de la yagruma.
Sal de mis labios, tristeza muda,
tristeza nido de la yagruma,
letal suspiro de las alturas
salva el imperio de la locura.
Dime tristeza si en tu montura
cabalga el sueño;
Dime tristeza si en tu montura
cabalga el sueño que se nos va

Mi niña imaginada

Mi niña siempre me despierta
con manitas frías y olor retozón,
me pregunta cosas indiscretas
con los ojos vivos y añoñada voz.
Y me cuenta que soñó con el sol y una cigarra,
y en la cuadra vio moldeados
los sonidos de un vapor,
y me abraza a la canción con melancólica brasa,
mientras sus cabellos trazan un nudo sobre mi voz.
Mi niña quiere levantarme
atrapándome con los zapatos que escondió,
quiere ver si el gato tiene crestas
o si en mi cartera quedó algún bombón.
Y me arrastra hasta creer su juguete imaginado
y en su libro más amado sus colores sin pincel
y junto a su beso en flor, se despierta otra jornada,
y mi niña imaginada me despide desde el sol.