En octubre de 1911 el crucero Hai Chi de la armada China hizo su entrada al puerto de La Habana en visita amistosa. Este hecho despertó una gran curiosidad entre la población cubana, fascinada de siempre con la cultura del Celeste Imperio y llenó de orgullo a la numerosa comunidad china residente en la Isla que por vez primera veía navegar un navío de guerra de su país en aguas de América.

China, en ese entonces un país semicolonial y atrasado, había sido derrotada por Japón en 1895, conflicto en el que había perdido casi todas sus unidades de superficie, por lo que, en el momento de la visita del crucero Hai Chi, contaba sólo con una pequeña escuadra para defender su enorme litoral. De ahí que destinar uno de sus cuatro buques más modernos para un periplo diplomático tuviese más significado, tanto para las autoridades de ese país como para sus ciudadanos.

Festejos de la comunidad china por el arribo del crucero Hai Chi
La comunidad china en La Habana realizó grandes festejos por la primera visita de un buque de guerra de su Marina Imperial a Cuba

En Cuba el acontecimiento se festejó por todo lo alto. La comunidad china residente en La Habana, encabezada por la Legación, el comercio y el Casino Chino brindaron una gran recepción a la oficialidad y la marinería del Hai Chi y realizaron un amplio programa popular por todo el Barrio Chino, al que se sumaron con entusiasmo los cubanos.

Por las calles donde se asentaban los comercios de chinos se levantaron arcos de triunfo y se engalanaron las fachas de las casas y establecimientos. Los marineros y oficiales fueron conducidos a giras por los lugares de interés de la ciudad y se les obsequiaron presentes en nombre del comercio y la comunidad china; al mismo tiempo que las asociaciones les organizaban enormes banquetes a los que se arrimaban no pocos cubanos.

La alta oficialidad del Hai Chi, encabezada por el Almirante de la armada china Ching Pih Kwong y el capitán del buque Tong Ting Kwang fue recibida por las autoridades cubanas que les ofrecieron un banquete oficial en el hotel Sevilla. Con anterioridad habían sidos homenajeados en la Legación y en el Casino Chino que, según los cronistas de la época, ofreció uno de los banquetes más largo que entre los que se han servido en Cuba, pues llegó a incluir hasta 50 platos.