La Moderna Poesía era una gran librería y papelería situada en la intersección de las calles Obispo y Bernaza. Por su importancia y dimensiones se ha considerado histórica y culturalmente como la más importante de su giro en Cuba.

Se fundó en 1890 por el inmigrante español José López Rodríguez «Pote» quien, además, estableció una imprenta en el lugar.

La Moderna Poesía I

Poco después Pote ampliaría el negocio a los grabados de acero y por último asumiría la impresión de sellos postales y billetes de la lotería nacional, lo que se convertiría en la base de su enorme fortuna.


La Moderna Poesía en 1928
Edificio original de la librería La Moderna Poesía en 1928

El 17 de marzo de 1921, Pote apareció ahorcado en la «Casa del Chino«, en lo que la policía concluyó como un suicidio (aunque, hasta el día de hoy, algunos aseguran que al millonario español lo ayudaron a pasar al otro mundo). Ya para entonces, el crack bancario se había tragado la mayor parte de su fortuna y la prensa lanzaba a los cuatro vientos que el poderoso Pote acabaría en la misma pobreza en la que había comenzado.

Sin embargo, tras su muerte y una vez liquidadas sus cuantiosas deudas, a sus herederos le quedaron unos cuantos millones en metálico y en bienes inmuebles.

Entre estos últimos se encontraba el que había sido la piedra fundacional del imperio de Pote, La Moderna Poesía, que pasó a la propiedad, de su hijastro, José López Serrano.

Sería José López Serrano, también un sagaz hombre de negocios, quien, entre 1936 – 1939, construiría un nuevo edificio para La Moderna Poesía, en la misma ubicación del anterior y que es el que se ha conservado hasta nuestros días.

A diferencia del edificio original de La Moderna Poesía, que tenía un sólo nivel y se había ido conformando a lo largo de varias décadas con la anexión de casas vecinas y numerosas reformas, que le daban un carácter ecléctico; el erigido por José López Serrano se concibió específicamente para librería y se dotó de todas las funcionalidades necesarias para este tipo de negocio.

La Moderna Poesía II

El moderno edificio de estilo Art Déco, tenía puertas de acceso para los clientes (por Obispo y Bernaza) y entrada de servicio por esta segunda calle y por Obrapía.

Mira & Rosich, la misma firma que había diseñado el Edificio López Serrano para el heredero de Pote se encargó de diseñar el nuevo edificio de La Moderna Poesía, que destacó por la compacta imagen de su fachada, carente casi por completo de ornamentos, pero con enormes vidrieras de exhibición por Obispo y Bernaza, que se unen en el imponente pórtico de la entrada principal.


Acera de La Moderna Poesía (calle Obispo)
La acera de La Moderna Poesía por la calle Obispo en la década de 1950

Curiosamente, y contrario a la costumbre de la época que priorizaba la rentabilidad de los espacios en las zonas comerciales, los proyectistas de La Moderna Poesía cedieron a la acera un par de los metros que ocupaba el viejo edificio, lo que lo retiró por detrás de la línea tradicional de fachadas de la calle Obispo, pero permitió una visualidad más amplia de sus vidrieras y de la construcción en general (no debe olvidarse que, en esos años, todavía la calle Obispo estaba abierta a la circulación de vehículos).

En el nuevo edificio de La Moderna Poesía radicaban, además de la librería y papelería, las oficinas de Cultural SA, la más importante impresora y editora de libros de Cuba antes de 1959, propiedad también de José López Serrano.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, el edificio de La Moderna Poesía pasó a manos del Estado cubano que lo mantuvo como librería y otras actividades relacionadas (fue sede de la Editorial Ediciones Cubanas) hasta que, en 1995 se le entregó a la Oficina del Historiador de la Ciudad que lo sometió a un proceso inversionista y lo reabrió en 1998 como una librería en divisas.

Poco más de una década después, ante el deterioro que presentaba el inmueble se decidió de nuevo su cierre, y así ha permanecido hasta la actualidad.

Por sus valores patrimoniales, La Moderna Poesía posee el máximo grado de protección que otorgan las leyes cubanas a los edificios con valor histórico y cultural.