A esta vivienda en los altos de la antigua Joyería Le Maison Française en la esquina de San Rafael y Amistad, se mudó, desde Prado No. 4, la familia del General del Ejército Libertador cubano, Enrique Loynaz del Castillo y su segunda esposa María de las Mercedes Muñoz Sañudo.

Aquí pasan su infancia y temprana juventud en la primera década del siglo XX, antes de mudarse al Vedado tras la separación de sus padres: Dulce María, Enrique, Carlos Manuel y Flor Loynaz Muñoz. En esta casa nacieron Carlos Manuel y Flor, los más pequeños.

Casa de Enrique Loynaz del Castillo en San Rafael y Amistad, La Habana
Antigua casa de Enrique Loynaz del Castillo en los altos de San Rafael, esquina Amistad en La Habana

La Guerrita de Agosto y el general Enrique Loynaz

En los días del alzamiento de los liberales contra la reelección de Estrada Palma, numerosos generales del Ejército Libertador y otros altos oficiales, afiliados al Partido Liberal, fueron detenidos ante las sospechas del “Gabinete de Combate” de estar implicados en la preparación de la insurrección armada, entre ellos el General Enrique Loynaz del Castillo.


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General de Brigada del Ejército Libertador cubano Enrique Loynaz del Castillo (1871 – 1963) rodeado de sus hermanos.


El 20 de agosto de 1906 el capitán Francisco Regueira de la 3ra estación de policía lo detiene aquí en su casa (Carlos Manuel tenía 17 días de nacido) y practica un registro buscando armas, sin resultado alguno.

Lo conduce a su oficina, y lo entrega al teniente José García para su traslado al vivac, según se le prevenía en mandamiento.

Toman un carruaje y al pasar nuevamente por esta esquina, el General se tira en el justo momento delante de un tranvía que lo cubre para desaparecer rápidamente hacia su casa (¿recoger un arma?).

Lo persigue el policía, pero ya para entonces, el General Enrique Loynaz, se le escabullía entre las viviendas vecinas de amigos y parientes y había ganado la calle San Miguel.

El teniente García regresó a la estación y le entrega el oficio de detención al capitán informándole que el general se le había fugado.

Era probable que ya anduviera camino a su finca “Belinda” (la misma de tantas evocaciones posteriores de Dulce María: «Últimos dias de una casa») en cuyos predios y sus alrededores, lidera posteriormente con sus hombres, varias acciones combativas durante el levantamiento, entre ellas la de Babiney el 5 de septiembre de 1906, donde le dispersa su gente y bate al capitán Ignacio Delgado, el miserable que ordenó la cruenta ejecución del General Quintín Banderas.