Fragmentos de la investigación sobre “Los amigos espirituanos de José Martí

Aunque José Martí tuvo amistad con una docena de patriotas espirituanos, por la profundidad alcanzada,  no hay lugar a dudas en cuanto a la trascendencia de los vínculos entre Martí y nuestro gran paladín, el general de tres guerras, Serafín Sánchez Valdivia, prócer de las tres guerras por la independencia. Nacido en Sancti Spíritus, el 2 de julio de 1846, cayó en combate en El Paso de Las Damas, el 18 de noviembre de 1896, hace hoy 125 años.

Desde junio de 1891, en que Serafín, abandonando en República Dominicana  a su familia y a su compadre  el General Máximo Gómez, llega a la ciudad de New York y se presenta ante Martí, este lo acoge con sumo cariño y admiración y le brinda toda su confianza. La misión que Serafín se ha planteado al lado de Martí: promover el acercamiento necesario entre este y el Generalísimo, es cumplida con creces, llegando a convertirse en uno de los colaboradores principales en la magna tarea que Martí lleva adelante por esos días: la unión de los revolucionarios cubanos en un partido político.

Serafín Sánchez

Como parte de las labores de organización de la guerra a partir del proyecto martiano, el general Serafín Sánchez fue enviado por Martí a La Florida, a crear condiciones para la creación del Partido Revolucionario Cubano (PRC) y, proclamado este, trabaja por su fortalecimiento y lo defiende con todo su prestigio de gran jefe militar.

Entre 1891 y 1895, el Apóstol envía más de cien cartas, telegramas y cables a su amigo Serafín, siendo el segundo hombre a quien más escribió, solo superado por su amigo mejicano Manuel Mercado, a quien conocía desde el ya lejano 1874. Lamentablemente, la mayor parte de las cartas de Serafín a Martí no han sido encontradas. Hoy, solamente se conocen cuatro de ellas, pero por las epístolas del Apóstol, se percibe lo íntima que llegó a ser esta relación. A  Serafín le confió Martí otras importantes tareas, entre ellas:

•        Escoger al enviado principal del PRC a Cuba, honor que recayó en el Comandante Gerardo Castellanos y Lleonart, gran amigo de Serafín.

•        Defender el proyecto martiano en el seno de la poderosa Convención Cubana, de Cayo Hueso.

•        Firmar y promover el documento mediante el cual los jefes militares más importantes, residentes en los Estados Unidos, manifestaron públicamente su adhesión al PRC declarando “es nuestro acuerdo, en la hora que consideramos suprema, declarar, previo examen, nuestra fe en el PRC”.

•        Escribir semblanzas de héroes populares de la guerra, para ser publicadas en la sección “Caracteres”, del periódico Patria. A solicitud de Martí, estos trabajos fueron compilados en el libro Héroes Humildes, siendo Gonzalo de Quesada el compilador y autor de una bella semblanza del héroe espirituano. Asimismo, Serafín compiló, a instancias de Martí, su no menos famoso libro de poemas, Los poetas de la guerra, con preámbulo del propio Maestro, donde aparecen compilados poemas escritos en la manigua por los más distinguidos bardos del mambisado.

•        Comandar, junto al Mayor General  Carlos Roloff, la expedición que se enviaría  a Las Villas como parte del malogrado Plan de Fernandina, labor que Serafín cumplió cabalmente, después de muerto su jefe y amigo, y que vino a ser el mayor homenaje que podía rendir a su memoria.

Obra alegórica a la expedición, del artista espirituano Francisco Rodríguez Cruz.

Como expresión de este sentimiento el vapor que trajo la expedición de los generales Serafín Sánchez, Carlos Roloff y Mayía Rodríguez, desde  Pine Key, en La Florida, hasta la playa espirituana de Tayabacoa, cerca del puerto de Tunas de Zaza, fue rebautizado con el nombre de José Martí.

Expresión póstuma de la hermandad entre ambos próceres es el artículo “Martí”, escrito por Serafín para dejar constancia de sus impresiones al visitar Dos Ríos, un año después de la caída en combate del Apóstol. Este hermoso trabajo periodístico fue publicado en El Cubano Libre, el 30 de junio de 1896. 

La amistad entre Martí y otros miembros de la familia de Serafín Sánchez

La profunda amistad entre el Apóstol y el general Sánchez es bien conocida, pero Martí también fue amigo, y compañero de luchas, de otros miembros de esa gloriosa familia, como el también general Raimundo Sánchez Valdivia (Arroyo Blanco. Sancti Spíritus, agosto 21 de 1865 – La Habana, octubre 5 de 1928) y Josefa Pina Marín (La Pepa) (Arroyo Blanco, junio 15 de 1857 – ¿? 1930), esposa y colaboradora de Serafín.

El primer contacto entre Martí y Raimundo ocurre en Cayo Hueso, en noviembre de 1892, al coincidir la llegada al exilio del joven estudiante de medicina con el arribo de Martí a esa localidad floridana. Pronto El Delegado escoge a Raimundo como amanuense, para redactarle las cartas secretas que  enviaría a los conspiradores en la Isla. Más de un mes estuvo el joven, junto a otros dos secretarios, tomando los dictados de El Maestro, conociendo e identificándose con su manera de pensar y de actuar. Posteriormente Martí le asignó otras tareas más complicadas e importantes, entre ellas varias misiones secretas a Cuba.

Serafín Sánchez
Serafin sanchez carga mambisa

En una de las fotos más famosas de Martí entre los revolucionarios de Cayo Hueso aparece Raimundo, junto a su hermano Serafín, muy cerca del Apóstol. En mayo de 1894, en ocasión de la visita de Martí al Cayo, acompañado por otro espirituano, el joven Panchito Gómez Toro, ocurre un reencuentro con Raimundo, quien se convierte en amigo inseparable del hijo de Gómez, compartiendo ambos una gran admiración por el genio del Apóstol. En las cartas de Martí a Serafín hay constantes referencias y saludos a Raimundo, a quien cataloga de “Mi hermano”.

Sobre la relación de Martí con Pepa Pina es de destacar que no se trata solo de la relación amistosa y cordial con la esposa de un amigo íntimo, sino que la inteligencia y el valor de la joven espirituana fueron reconocidos y admirados por el Apóstol en varias oportunidades. Así, en agosto de 1893, Martí escribe a Gómez sobre el brillante papel de enlace y orientación revolucionaria que ha cumplido La Pepa en  La Habana, donde se entrevista, entre otros, con el general Francisco Carrillo. En sus misivas a Serafín, Martí dedica siempre un espacio a La Pepa, como muestra de admiración y cariño por tan valiente mujer.

En el 125 aniversario de la caída en combate del gran amigo de Martí, El Paladín espirituano, su pensamiento revolucionario y su ejemplo de combatiente incansable por la independencia de la patria y la libertad de todos sus hijos sigue convocando a los cubanos y cubanas a cumplir su ultima orden: “Siga la marcha!”.