Juan Francisco Calcagno fue un pionero, un promotor, un descubridor literario, un adelantado a su tiempo. Nacido en Güines el 19 de junio de 1827, este joven que llegaría a ser un prolífico intelectual, se educó en la escuela que Francisco de Arango y Parreño donó a su pueblo.

Hijo del doctor italiano Juan Francisco Calcagno Monti y de la cubana Dolores Monzón, el joven cursó estudios por Estados Unidos, Francia e Inglaterra, gracias a la holgada posición económica de su padre.

Al parecer la costumbre de mecenas de su padre y de Arango y Parreño caló en él, pues a su gestión y peculios se deben la primera biblioteca pública, la imprenta, la primera academia de idiomas y el primer periódico “Álbum Güinero”, ubicados todos por demás en locales de su propiedad.

Su faceta pedagógica se manifestó en la dirección de los Colegios San Francisco de Asís y Real Cubano, donde gestiona una beca en favor de un joven cuyo padre había fallecido, y por ser de una familia numerosa no contaba con los ingresos para completar su educación avanzada, su nombre Raimundo Cabrera.

Juan Francisco Calcagno El Abolicionista

Juan Francisco Calcagno fue un ferviente defensor de la causa abolicionista, la cual preconizó con el ejemplo, libertando a sus esclavos al recibirlos en herencia, y preocupándose además por su situación al ser manumitidos. Su ideal antiesclavista se extendió a la literatura, donde encontramos su importante obra “Poetas de Color”, de 1878, en la cual aparecen publicados, muchos por primera vez en una antología, poetas negros como: Antonio Medina, Echemendia, Agustín Baldomero, Juan Francisco Manzano, y Plácido. En la misma línea anterior se encuentra su obra “Poesías del negro esclavo Narciso Blanco”.

Juan Francisco Calcagno

En la línea del abolicionismo, pero visto desde la narrativa se ubica su obra “Uno de tantos. Novela Cubana”, publicada en 1881, y retitulada luego en 1891 “Romualdo. Uno de Tantos”. En ella el autor analiza el tema del cimarronaje y el bandolerismo, ubicándolo en un trasfondo crítico donde el autonomismo está tratando de capitalizar para sí un logro que es legado directo de la guerra de los diez años.

La novela “Los crímenes de Concha” es una de sus obras más interesantes, por el ambiente que recrea y la influencia que puede tener en autores posteriores, sobre ella se ha dicho:

La recreación crítica de tradiciones de ancestro africano y tipos (como el negro cheche y el curro del manglar), frecuentemente tratadas en artículos y narraciones costumbristas, propende hacia una reforma de la sociedad en concomitancia con la conversión de los exesclavos en ciudadanos libres. Lo más llamativo son las referencias a la sociedad secreta abakuá (ceremonia del plante, el cuarto fambá, la parla, etcétera), que, no obstante, su enfoque superficial y prejuiciado, están en sintonía con ciertas visiones de Antonio Bachiller y Morales en Los negros (1886) y pueden considerarse antecedentes de los primeros estudios del polígrafo Fernando Ortiz y la novela Écue-Yamba-O (1933) de Alejo Carpentier.

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El Diccionario Biográfico Cubano

Al estallar la guerra de los diez años Juan Francsico Calcagno se radica en Barcelona, donde escribe la que tal vez sea la obra cumbre de su vida, y una de las fuentes de consulta obligatoria para estudios posteriores, el “Diccionario biográfico cubano”, publicado en New York en 1878 -hasta la página 120- en el establecimiento tipográfico de D.N. Ponce de León -el resto fue impreso en 1885 y 1886 siendo su editor el impresor D.E.F. Casona.

Juan Francisco Calcagno

En más de 700 páginas recoge la mayoría de los autores que se dedicaban a la literatura en la Isla, aunque dicha obra recibió críticas importantes, como las de Manuel de la Cruz, por omisiones, imprecisiones, desigualdades en el contenido, etc. pero lo cierto es que la gigantesca labor de recopilación de sus páginas, salvó del olvido a decenas de escritores, y sirvió de base para futuras obras más completas.

El inquieto intelectual

Juan Francisco Calcagno fue un intelectual inquieto, que además de lo señalado fue un políglota y traductor experimentado, su dominio del latín, griego, ingles y francés le nutrieron de una cultura que le permitió sobrepasar las barreras de su tiempo y educación, como se aprecia en “Historia de monos”, obra publicada en 1888, que inaugura en Cuba la narrativa de ciencia ficción y que fue llamada, por Roberto Friol, la novela más explicativa y erudita del siglo XIX cubano.

Juan Francisco Calcagno murió en Barcelona, un 22 de mayo de 1903.