En 1967, Arnold Haskell, desde las páginas de Granma bautizaba a cuatro bailarinas cubanas como “joyas”, eran Aurora Bosch, Mirta Plá, Loipa Araújo y Josefina Méndez. De esta última alabó su fuerte presencia trágica y la dignidad soberbia que emanaba en escena, desde entonces, en la larga historia del Ballet Nacional de Cuba ellas cuatro tienen un puesto cimero, justo detrás de Alicia, entre las muchas virtuosas que han integrado la compañía.

Josefina Marta Méndez Suárez, Yuyi, nació el 8 de marzo de 1941, en La Habana y a los siete años comenzó a tomar clases de ballet en la Sociedad Pro Arte Musical, como alumna de Alberto Alonso Rayneri, tal vez en ese momento era algo pasajero, una niña como muchas con sueños en puntas, mas en 1954 le llegó el impulso definitivo, la firme decisión de saber lo que quería hacer en la vida.

1954, Alicia Alonso, el Stadium Universitario y una adolescente deslumbrada

En 1954, sus padres la llevaron a una función en el Stadium Universitario, Alicia Alonso bailaba El Lago de los Cisnes, y la entonces adolescente Josefina Méndez quedó deslumbrada, agarrada firmemente a un pasamano, mirando hipnotizada la gracia que desde la escena emanaba aquella bailarina tremenda. Luego confesó, varias veces, que ese día decidió dedicarse al ballet.

Poco después:

(…) la conocí personalmente en su camerino del Auditorium, donde me autografió un programa. A través de ella valoré el ballet como arte grande, y decidí superarme con la aspiración de llegar a ser un día una bailarina de verdad.

Cubarte

Seguramente por ello en 1955 Josefina Méndez se incorpora a la Academia de Ballet Alicia Alonso, donde ya estaban desde 1951 las futuras joyas Aurora Bosch y Mirta Plá, incorporándose también en 1955 Loipa Araujo, sin que lo supieran acaso la génesis de la grandeza futura del BNC se formaba en aquellas tablas.

27 de marzo de 1955 el debut de Josefina Méndez

En la historia del ballet ha habido debuts de todos tipos, pero el de Josefina Méndez resulta curioso, pues su primera aparición fue haciendo de hombre en la Danza de los Napolitanos de El Lago de los Cisnes. Resulta curioso que la encarnación de la majestad y la elegancia que la caracterizaban, pudiese trastocar en fuerza y masculinidad de manera orgánica. No puede este escribidor dejar de preguntarse si fue una simple decisión al azar, o si después de pensarlo Alicia la escogió entre otras candidatas por ser la más creíble.

Fuese como fuere, a partir de ese momento la vida de Josefina Méndez estará ligada a la Compañía Alicia Alonso, tanto en Cuba como en la partida hacia los Estados Unidos después de los sucesos de 1956. En tierras norteñas bailó Coppelia y el clásico Giselle, junto a la compañía de la Alonso. Además colaboró con el Ballet Celeste de San Francisco, durante 1958.

El regreso de la compañía a Cuba en 1959 trajo la convocatoria a audiciones para formar el Ballet Nacional de Cuba, a ellas acudió lo más selecto de las artistas clásicas del país. Josefina Méndez fue elegida tercera.

Con el BNC encarnaría los protagónicos más excelsos del repertorio, sería Giselle, Odette-Odile, Cecilia Valdés, Mme. Taglioni, Pénélope, etc. Al igual que otras grandes participa en el rodaje de Giselle, de Enrique Pineda Barnet, donde interpretó la willi Zylma.

En el caso particular de Giselle la función tuvo lugar en el entonces Teatro García Lorca, el 29 de abril de 1966, durante el II Festival Internacional de Ballet de La Habana. La acompañaron, en esa ocasión, Azari Plisetsky, como Albrecht, y Aurora Bosch, en el papel de Myrtha, la reina de la Willis.

Josefina Méndez su debut en Giselle
Josefina Méndez su debut en Giselle. Foto tomada del sitio de Facebook del Ballet Nacional de Cuba.

Su parecido físico en el escenario con Alicia Alonso la haría esforzarse hasta lograr la perfección, pudiendo emanar gracia y fuerza con la misma facilidad que generaba sobrecogimiento en las tragedias. 

Formadora de generaciones de estrellas, Josefina Méndez también dejó una marca en el surgimiento y desarrollo de la Escuela Cubana de Ballet, donde fue una de las principales profesoras desde el mismo inicio. Solía decir que, aunque reacia al principio, no podía imaginar luego su carrera sin la parte docente, pues formar bailarines le permitió entender y perfeccionar más su técnica.

Su fuerte presencia en la escena internacional la llevó a ser reclamada por ballets de distintas regiones como México, Brasil, Francia… de muchos de los cuales ostenta premios y reconocimientos. Entre ellos destaca La Cruz de la Legión de Honor de Francia, la cual ostenta junto a Loipa Araujo.

Josefina Méndez

La excelsa joya falleció en La Habana, víctima del cáncer, el 26 de enero de 2007.