En la larga historia de subvaloraciones del beisbol cubano, resalta el caso del pitcher habanero José Modesto Darcout, uno de los mejores zurdos de Cuba, quien sin embargo no navegó con suerte a la hora de integrar equipos nacionales.

Nació José Modesto Darcout en Centro Habana -no en el reparto Camilo Cienfuegos de La Habana del Este, como sostienen algunos sitios debido a que él solía decir que era de ahí-, un 26 de noviembre de 1958. Le apodaban «El Chiqui«, usaba el número 5 en su espalda y se pudiera decir que su segundo hogar fue el Estadio Latinoamericano, pues su padre Gerardo Modesto Darcourt, fue por varios años el anotador del monstruo del Cerro.

José Modesto Darcout el carácter de los Metros

Darcout llegó al beisbol en 1976, debutando con Constructores, en ese momento posiblemente nadie le auguraba mucho, pues no tenía un físico impresionante, mas pronto el carácter y guapería deportiva de José Modesto se encargaría de hacer mutis en aquellos que no daban mucho por él.

Dueño de una tremenda curva, que solía alternar con una buena -aunque no supersónica- recta, un cambio y una slider, Darcout se erigió por encima de su apodo y se volvió uno de los mejores lanzadores del país. Sin embargo jugó casi toda su carrera en los Metropolitanos, el segundo equipo de la capital, y solo llegó a Industriales tres años antes de retirarse, tremendamente dolido y decepcionado, a la temprana edad de treinta y dos años. A su vez el equipo nacional también le fue esquivo.

¿Por qué? El mismo lo contó:

(…) el inicio fue el año 82. Ese fue un año para mí bestial. Gané doce juegos y perdí solamente dos. Me esforcé al máximo y en vez de ganarme el equipo nacional, casi me gané una cárcel. Yo estuve implicado o casi me implicaron en los sucesos del 82, en esa historia de la venta de juegos. Era el lanzador zurdo de ese equipo y me desaparecieron. A mí, en lo particular, me decepcionó lo que pasó. Cuando se hicieron los Centroamericanos en Cuba ya no participé. Después de ahí no hice más nunca el equipo nacional, aún teniendo buenos resultados. En algunas ocasiones fui yo el culpable porque me busqué sanciones por mi manera de ser. Pero en otras, ni me llevaron a la preselección. Llegué a hablar con el Gallego Fernández, cuando tenía que ver con el béisbol, me senté en su oficina y le planteé la situación y me dijo: “No te preocupes, tú eres un hombre joven, el año que viene puedes hacer el equipo”. Yo tenía 25 años. Eso sucedió cuando un comisionado decidió dejarme fuera, teniendo buenos resultados. Todo aquello fue matándome. El béisbol yo lo jugaba por motivación, para mí era y es lo más grande. Todo lo que tengo, todo lo que soy se lo debo a él, así que lo hago de corazón. Pero me fui vaciando poco a poco. Falleció mi padre también, que era un incentivo dentro de mi carrera, porque siempre me estaba motivando. Por eso cuando regresé en el 89 del campeonato de Rotterdam en Holanda, dije que no jugaba más. En ese año integro el equipo Industriales, pero no jugué, estuve en plantilla y lo que tiré fueron dos o tres innings, ya yo no quería jugar.

Caimán Barbudo

José Modesto Darcout, quien propinó 1344 ponches en doce temporadas, fue un pitcher inteligente, de esos que suelen analizar a los bateadores, notar sus puntos débiles y no olvidarlos. Por eso, al momento de su retiro, sus números se encontraban entre los diez primeros lugares de Cuba.

Jose Modesto Darcourt

Fue el segundo zurdo, detrás de su ídolo Changa Mederos, en llegar a cien victorias, Pedro Jova solía batearle a sus anchas, disfrutaba fajarse de tú a tú con Muñoz -quien fue el primer bateador que ponchó en su carrera- y Cheito, y una vez en un Latino repleto, desobedeció públicamente a Pedro Chávez para terminar dando uno de los ceros más recordados del Coloso del Cerro.

Todo carácter, José Modesto Darcout gustaba de lanzar a grada llena, tal vez por aquello de que a los Metros nunca -salvo en el 82- le llenaban el estadio, por eso y por su calidad se hizo una afición, tanto que los seguidores del equipo azul acudían a ver a los rojos si sabían que pitcheaba Darcout.

Jose Modesto Darcourt
José Modesto Darcout y esposa. Foto Caimán Barbudo

Cuando se retiró, joven y desencantado, Cuba perdió un verdadero titán.

José Modesto Darcout murió el 17 de febrero de 2014, víctima del cáncer, en La Habana.