José Francisco Martí Zayas-Bazán, inmortalizado por su padre en el poemario Ismaelillo y conocido como Pepito Martí en la manigua por sus compañeros de armas es quizás una de las figuras más difíciles de abordar por la historiografía patria.

El hijo del Apóstol de la Independencia de Cuba hizo méritos propios para ser nombrado con sus luces y sus manchas.

La Patria es ara, no pedestal

De sobra es conocida que la prioridad martiana fue liberar a Cuba del yugo colonial y despótico al que era sometido por el gobierno español. Con el pelo largo y la ropa descuidada, alimentándose poco y mal, reunió el dinero necesario para la causa tras el batacazo del Plan Fernandina, abortado por una indiscreción-delación.

En el proceso renunció a sus prometedoras carreras como periodista y escritor, pero sobretodo, renunció a ser el marido presente y el padre ideal, la evidencia física corrobora que apenas estuvo para su hijo. ¿Significa esto que no lo amó? Si vemos la actitud de Martí hacia otros niños de su entorno, la ternura que brota de sus poemas en Ismaelillo o de la Revista Infantil La Edad de Oro, quedan estas dudas zanjadas.

Los problemas en su matrimonio y la voluntad de sacrificarlo todo, no sin dolor, a la causa independentista fueron la razón de esta distancia física entre ambos.

Matrimonio convulso

Al volver de su primer exilio en Madrid y Zaragoza el joven José Julián Martí conoce a la también cubana Carmen Zayas Bazán, que vivía cerca de la sede de la Revista Universal donde colaboraba Martí, en diciembre de 1875 en la ciudad de México.

Se casarían también en diciembre pero del año 1877 en esta misma ciudad, antes, el escritor y periodista, ha viajado por distintos países como Belice o Guatemala y en ese periplo disfrutó de una breve estadía en La Habana. Dicho viaje a su ciudad se produce con un documento emitido a nombre de Julián Pérez y sirvió para gestionar el regreso de su familia a la Isla.

Desde que interactúa por primera vez con Carmen Zayas-Bazán hasta que se casan es innegable que conoce a otras mujeres con las cuales establece relaciones de distinta profundidad y relevancia en su vida.

El joven matrimonio se embarca hacia Cuba una vez se firma la Paz del Zanjón que pone fin a diez años de enérgica beligerancia en los campos del país. De esta unión nace su único hijo reconocido, José Francisco Martí Zayas-Bazán en La Habana el 22 de noviembre de 1878.

La tranquilidad familiar dura poco, en 1879 estalla una nueva insurrección armada conocida como la Guerra Chiquita. Arrestan al padre de familia y lo deportan, nuevamente, a España.

José Martí y su hijo estarán sin verse hasta que a finales de 1882 se pueden reunir en Nueva York, estarán juntos apenas 3 años pues la madre decide regresar a la Isla y asentarse en Camagüey, Martí había partido unos meses antes hacia Venezuela y su familia quedó sola en Nueva York.

José Francisco Martí: Ismaelillo

Para cubrir esa distancia el Apóstol le había escrito y dedicado el poemario Ismaelillo. Obra de gran nostalgia y desgarro, el Ismaelillo es la muestra de amor literaria contra la realidad de la distancia, física y emocional, que se interpondrá entre ambos desde entonces sin que signifique esto desafecto alguno. Dicha obra se publicó en 1882 como se observa en las fotos que aportamos.

El origen de el nombre viene de Ismael, hijo de Abraham en el Antiguo Testamento, que significa «a los que Dios ha oído» y fue concebido por la gracia Divina de Dios pues su padre tenía ya 86 años. De ahí el simbolismo del nombre del poemario.

Puerto Príncipe y Nueva York

Asentado con los familiares de su madre comienza a estudiar en 1889 el bachillerato en esta ciudad, su infancia estuvo rodeada de penurias materiales y con una madre físicamente enferma.

Sus padres se dan una nueva oportunidad y viajan a Nueva York en 1891, sería esta la última vez que vería a su padre pese a que estuvo cursando estudios en una universidad norteamericana. Allí le llega la noticia de la muerte en combate de su padre. Tiene 17 años pero decide unirse a la manigua y honrar el apellido que porta.

“1º de abril de 1895

Hijo:

Esta noche salgo para Cuba: salgo sin ti, cuando debieras estar a mi lado. Al salir, pienso en ti. Si desaparezco en el camino, recibirás con esta carta la leontina que usó en vida tu padre. Adiós. Sé justo.

Tu José Martí”

Última carta de su padre a José Francisco

En la guerra de independencia de 1895 destaca en algunas acciones militares y consigue los grados de capitán de parte de Calíxto García. También sufre una herida de guerra que le dejará con problemas auditivos para el resto de su vida. Tras la instauración de la República se dedica a la vida militar. Con grados de Coronel se produce el hecho que ha provocado el ostracismo de su figura durante muchos años.

Participación en la sofocación (masacre) de la revuelta de los Independientes de Color

Varios veteranos de las guerras de independencia, en su mayoría negros y mulatos, fundan en 1908, aún bajo la ocupación militar americana, el Partido de los Independientes de Color(PIC). Con el respaldo del gobierno de José Miguel Gómez, recién elegido presidente, se emite la Enmienda Morúa que ilegaliza esta organización en 1910 por considerar que sus principios políticos, basados en la raza, no tenían sostén legal toda vez que a los cubanos nacidos en África se les permitía votar en las elecciones libremente. Por tanto la mera existencia de este partido tenía carácter inconstitucional.

Se usó una campaña basada en el miedo a una revolución al estilo haitiano y dicha ley recibió el apoyo de gran parte de la ciudadanía. La polémica al respecto de la revuelta de los Independientes de Color de mayo de 1912 está bastante viciada. El origen de la Ley Morúa buscaba, según el gobierno, evitar la creación de partidos políticos integrados solo por miembros de una misma raza, como fin para garantizar la pluralidad de la vida política del país.

En cambio los miembros del PIC se consideraron perjudicados y expulsados de la vía política, esta realidad es innegable, el país se sumió nuevamente en la guerra, los ecos del asesinato de Quintín Banderas seguían planeando entre los antiguos oficiales del Ejército Mambí.

La respuesta por parte del Presidente José Miguel Gómez fue fulminante, y sin ánimo de excusar su comportamiento, esta implacabilidad fue fruto de las presiones estadounidenses que amenazaron con una tercera intervención. Envío más de 1200 hombres y autorizó el uso de toda fuerza para aplacar la insurrección. Existen telegramas que evidencian las presiones ejercidas por parte del Presidente norteamericano, quien ni corto ni perezoso, dejando entrever la posibilidad de una nueva intervención americana.

José Francisco Martí
José Francisco Martí fue durante el gobierno de José Miguel Gómez, miembro del Estado Mayor del Ejército, llegando a presidirlo

Entre los oficiales que partieron hacia la región Oriental con el fin de sofocar la insurrección estaba el Coronel José Francisco Martí. La carnicería fue innegable, se aplacó con furia la intentona y muchos inocentes fueron masacrados. El nombre de Pepito Martí quedaría manchado de por vida con este hecho, pese a que solo se conocen detalles mínimos de su participación directa en las acciones militares.

Pues en el banquete de celebración, organizado por el gobierno bajo la mirada de la estatua de su padre en el Parque Central, José Francisco Martí se muestra como uno de los más entusiastas anfitriones. La masacre y el banquete no hubiesen recibido de su padre más que reproche y decepción.

Años finales de vida

Tras este hecho sería nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército, y estaría al frente de la Secretaría de Guerra con el General Menocal en el poder. Desde 1925 sería un opositor directo de Gerardo Machado y su tiranía. Miembro fundador del Partido ABC, tras su licenciamiento del ejército, se apartaría de la vida pública y militar a la caída de Machado, separando su camino de la línea partidista.

Caricatura de José Francisco Martí por Conrado Massaguer

Sus problemas de salud le obligarían a estar largas temporadas fuera de Cuba. Se casaría con la hija de de Victorino Bances, rico banquero, en 1915. La unión de José Francisco Martí y María Teresa Bances no dejó descendencia pero sí algunas polémicas. Fue miembro activo del ABC y militó en varios movimientos de Veteranos y Patriotas. Murió en la casa familiar que compartía con su esposa en el Vedado un 22 de octubre de 1945, sede del actual Centro de Estudios Martianos.