Estuvo ubicada en la calle San Miguel, No. 56 entre Águila y Galiano, Centro Habana, la residencia familiar del erudito y padre de la bibliografía cubana, don Antonio Bachiller y Morales, nacido el 7 de junio de 1812, fecha en que se celebra el Día del Bibliotecario y del Libro Cubano.


Antonio Bachiller y Morales, Padre de la Bibliografía cubana

Don Antonio Bachiller y Morales, Padre de la Bibliografía Cubana (7 de junio de 1812 – 10 de enero de 1889)


Con sus bellos zócalos de mármol, como la describía Martí:

«Su palacio de mármol, con sus flores y con sus fuentes»

A ella se mudaron a inicios de la década del 50 del siglo XIX, cuando ya habían nacido todos sus hijos en la vieja casa familiar de Campanario No. 133 entre Reina y Salud.

Casa de Antonio Bachiller y Morales

Fue centro de innumerables tertulias literarias y en la cual se reunían en asidua presencia, lo mejor de la intelectualidad habanera de entonces: Luz y Caballero, Jose del Castillo, Zenea, Antonio y Ramon Zambrana, Valdés Fauli, Los Arango, Domingo Guiral, Fernando Parra, Ramón de Palma, Jose Silverio Jorrín, Antonio González de Mendoza, Domingo del Monte y entre sus jóvenes discipulos: Fornaris, Luaces, Mendive, Sellén, Néstor Ponce de León, Rafael Morales, Manuel Sanguily, entre muchos otros.

Uno de ellos, José Manuel Mestre comentaba años después:

«Bachiller ejerció saludable y meritoria influencia sobre nuestra juventud, estimulándola con entusiástica eficacia a los estudios».

La residencia de Antonio Bachiller y Morales poseía un amplio sótano (se aprecian sus rejillas de ventilación en la línea de zócalos), en el cual su malogrado hijo Alfredo Bachiller Govín, tenía montado un bien dotado gimnasio que frecuentaban numerosos jóvenes amigos para cultivar sus músculos a la par de sus mentes.



Aquí fallece su amado hijo Alfredo, la “esperanza de mi próxima ancianidad”, víctima de la tuberculosis a los 23 años en 1867, y para quien manda a construir Antonio Bachiller y Morales un panteón en el Cementerio de Colón a donde traslada sus restos desde el Cementerio de Espada, y donde él mismo recibe sepultura en 1889.

En 1869 ante el acoso de la autoridades coloniales, que le veían como una influencia muy peligrosa en los acontecimientos del alzamiento independentista, deciden salir del país hacia Estados Unidos. La casa es entonces embargada y saqueada, y se pierden numerosos ejemplares de su valiosa biblioteca de más de 5 000 volúmenes.

Aunque luego la recupera a fines de 1873, por una nueva regulación para el desembargo de bienes de “los infidentes cubanos” , la grave penuria económica que padecía junto a su familia en el exilio, le obliga a vender con gran dolor, en una transacción comercial catastrófica, la histórica residencia.

Ya no queda ningún vestigio de la antigua residencia de Antonio Bachiller y Morales, pues desde fines de los años 1930, los inmuebles de esta banda cambian su configuración ante una zona comercial en pleno auge como Galiano.