Considerado con justicia entre los más grandes arquitectos cubanos de la República, Eugenio Batista González de Mendoza, supo mezclar con suma habilidad la arquitectura tradicional y el clasicismo de las primeras décadas del XX con los elementos modernos y racionalistas que se impusieron en la Isla a partir de 1940.

Eugenio Batista González de Mendoza nació en la capital cubana el 24 de diciembre de 1900. Descendiente de una aristocrática familia, con 24 años se graduó como arquitecto en la Universidad de La Habana, aunque ya desde un par de años antes había visitado por breve tiempo la Universidad de Columbia en Estados Unidos.

Entre 1928 y 1930 perfeccionó sus estudios en la Universidad de Princenton. Desde hacía unos años ya había establecido una cercana relación de trabajo con la prestigiosa firma cubana de arquitectos Morales y Compañía.

Morales y CIA. Firma con la que estableció relaciones de trabajo Eugenio Batista González de Mendoza

Como Jefe de Dibujo, Eugenio Batista González de Mendoza participó en los proyectos para el Sr. Marck Pollack en el Country Club, la capilla del Asilo de Santa Ana, en Lawton y el soberbio edificio de la Compañía de Teléfonos en Águila y Dragones.

En 1927 cambia al estudio de Walker and Gillette en el que permanecerá por dos años, proyectando los edificios de varios bancos y publicando varios artículos en revistas cubanas sobre la arquitectura de Nueva York.

De regreso a Cuba en 1931, Eugenio Batista González de Mendoza proyecta la bella capilla del antiguo central Adelaida en Morón, Camagüey; antes de volver a embarcarse dos años después en un nuevo viaje hacia tierras norteamericanas para trabajar como profesor asistente en la Escuela de Arquitectura de Princenton.

Durante los seis años que permaneció en la prestigiosa institución, Eugenio Batista González de Mendoza estudió profundamente la arquitectura colonial del sur de Estados Unidos y diseñó el Teatro de la Avenida del Puerto de La Habana en colaboración directa con el también arquitecto cubano Aquiles Masa.

Anfiteatro de la Avenida del Puerto, una de las obras más significativas del arquitecto Eugenio Batista González de Mendoza en La Habana
Anfiteatro de la Avenida del Puerto, una de las obras más significativas del arquitecto Eugenio Batista González de Mendoza en La Habana

Eugenio Batista González de Mendoza, el teórico – práctico

A partir de la década de 1940, y tras los estudios realizados sobre la arquitectura colonial en el sur de los Estados Unidos; Eugenio Batista González de Mendoza reelabora los componentes de la arquitectura colonial cubana, integrando en su razonamiento, elementos como el empirismo nórdico o la simplicidad y la disciplina de la arquitectura japonesa.

En 1938 establece sociedad con Ernesto Batista y juntos construyen la residencia del magnate Eutimio Falla Bonet en Miramar, la Residencia Zarraga en el balneario de San Miguel de los Baños y, desde 1944, todas las construcciones del Trust Company of Cuba.

Construyó también la pequeña iglesia del central Dolores y, dentro del llamado arte funerario dejó su huella en la Necrópolis de Colón al proyectar el panteón de Raúl Zarraga Ortiz.

A partir de 1950, Eugenio Batista González de Mendoza establece una nueva sociedad, está vez con su primo Adolfo Ramírez de Arellano, con el que construye la sucursal del Trust Company en Concha y Fábrica, un edificio que marca la transición del arquitecto hacia un nuevo clasicismo, la misma que despegaría en el Nuevo Teatro Payret.

Sus últimas obras notables, antes de abandonar Cuba tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 fueron la torre de 12 pisos del Colegio de Ingenieros Civiles en 17 y O, en el Vedado y la remodelación del Parque Central en 1960.

Eugenio Batista González de Mendoza fue por casi 30 años un activo colaborador de la Revista Arquitectura, en la que aparecieron regularmente sus artículos especializados sobre las principales tendencias y las obras más importantes que se construían en la Isla.

El destacadísimo arquitecto falleció el 14 de febrero de 1992 en Miami, Estados Unidos.