El Palacio de los Condes de Jaruco ubicado dentro de la Plaza Vieja de La Habana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), es el asunto de este artículo. 

Este palacete emplazado dentro de un complejo arquitectónico fundamental en el período colonial de la Isla, dicha plaza hizo las labores de zona comercial con venta de esclavos incluida, es raramente mencionado pese a la historia que se esconde tras sus arcos y tejas. Un poco de historia a continuación.  

Orígenes de la construcción

En los terrenos dónde se encuentra ahora la edificación, según escrituras de 1645, habían algunas casas de argamasa y techos de tejas propiedad de José Garro Bolívar, casado con Antonia de Aranda y Avellaneda. Doña Antonia enviudó y se casó posteriormente con Gabriel Beltrán de Santa Cruz, quien mandó a demoler dichas edificaciones en 1732 para dar paso a la construcción del palacete.

Casa marqués de Jaruco. 2020
Casa del marqués de Jaruco. Imagen tomada en diciembre de 2020.

El encargado para tan honorable obra, Don Gabriel era un hombre muy respetado en la época, fue el contratista Diego Salazar (encargado de la construcción de la Muralla de la Habana y figura principal en los proyectos constructivos de la villa).

La obra quedó concluida en 1738 y fue obsequiada al hijo del matrimonio, Gabriel Beltrán de Santa Cruz y Aranda, primer conde de San Juan de Jaruco, cargo nobiliario que le fue conferido en 1770. Como curiosidad el flamante dueño estaba casado con su prima hermana, Teresa Beltrán de Santa Cruz, descendiente de los condes de Casa Bayona que poseían el palacete de igual nombre. Tras la muerte del conde su viuda heredó dicha propiedad y pasó a manos del conde de Santa Cruz de Mompox y sus herederos en 1798.

Arquitectura y detalles decorativos.

De una primera pasada por la Plaza Vieja resalta su portada austera y sus cinco arcos característicos, la mayor de toda la plaza, principales elementos decorativos en el exterior de este exponente del período barroco del siglo XVIII.

En el interior del inmueble destaca el patio rodeado por cuatro galerías con arcos de medio punto apoyados en columnas monolíticas. 

Plano del palacio de los condes de Jaruco
Plano tras la restauración.

Su distribución espacial está compuesta por el portal y sus cinco logias, el zaguán, patio central, escalera de acceso a planta alta, los aposentos y varios salones interiores, el entresuelo y un mirador. 

Remodelación 

Antes de la reconstrucción iniciada en 1975 y que se extendería hasta 1980, tras la cual se le dio el uso actual de sede del Fondo Cubano de Bienes culturales, había sido almacén de ferretería entre otras funciones. Una vez iniciado dicho proceso de reconstrucción se retiró una torre interior que nada tenía de utilidad histórica y cuya principal función era albergar a un abandonado montacargas. 

Portada del Palacio de los condes de Jaruco

Tras esta remodelación también quedó expuesto el escudo de armas familiar presente sobre el portón de la entrada principal y que había sido sepultado por múltiples capas de pintura con los cambios de propietarios y utilidades del inmueble.

Usos en el tiempo

En la guía mercantil de 1822 no se indica que se usaran los portales de la residencia con fines comerciales,  pero en el de 1840 se menciona el baratillo de Miguel Tacón. A partir de entonces las familias habaneras adineradas comenzaron a establecerse en las zonas de extramuros y hacia la barriada del Cerro. 

La estructura fue usada entonces con disímiles fines y durante el siglo XX fue una residencia múltiple y hasta almacenes de ferretería como hemos mencionado anteriormente, transformándose elementos decorativos originales –la baranda de madera del piso superior se sustituyó por el hierro y las logias se cerraron con vitrales y persianas- para adaptar su uso.

Palacio de los condes de Jaruco en la República

Aporte al arte.

Como curiosidad, desde sus balcones realizaron grabados personalidades como Elías Dunrford, en 1762 durante la ocupación de La Habana por los ingleses y otro realizado por el francés Hipólito Garneray, en 1808.

Grabado realizado desde la segunda planta de la casa por Elías Dunrford, en 1762.

En este inmueble se desarrolló parte de la infancia de María de las Mercedes Santa Cruz, quién tras su matrimonio sería conocida como la condesa de Merlín. (Más detalles aquí).

Dirección:

Calle Real o de la Muralla º107 esq. San Ignacio.

Área total: 859 metros cuadrados

Extensión de la fachada: 58 metros.

Actualmente se están realizando obras de mantenimiento. Actualizaremos con fotos una vez concluido dicho proceso.