En la intersección de la Vía Blanca y la Avenida de Rancho Boyeros se alza majestuoso el Coliseo de la Ciudad Deportiva, considerado como una de las mejores obras de la ingeniería civil en Cuba.

Se construyó en hormigón, de planta circular con un diámetro exterior de 103.2 metros de diámetro y comenzó a levantarse en noviembre de 1952, para sustituir al viejo Palacio de los Deportes de Malecón que debía ser demolido.

Coliseo de la Ciudad Deportiva

El Coliseo de la Ciudad Deportiva es una exquisita obra de ingeniería: Su estructura se sustenta en 48 columnas, distribuidos en dos círculos concéntricos de 24. Desde el círculo exterior se proyecta un voladizo de 7.45 metros de luz sobre el que va a descansar la placa de hormigón.

Coliseo de la Ciudad Deportiva de La Habana en construcción
El encabillado del domo consumió la increíble cantidad de 250 millas de cabillas de 1/4 «

En el atrevido y original diseño que distingue al Coliseo de la Ciudad Deportiva aún a siete décadas de su construcción, se palpa el talento de Arroyo y Menéndez, la firma cubana de arquitectos que lo diseñó, y una de las que más influyó en la modernización de La Habana en los años 50 del pasado siglo.

Excepto la cúpula de hormigón, que fue construida por una compañía norteamericana, el resto de la obra estuvo a cargo de las brigadas del Ministerio de Obras Públicas, supervisados de cerca por los ingenieros y esposos Nicolás Arroyo y Ángela Menéndez.

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Maqueta de la cúpula de la Ciudad Deportiva.

Al final el costo total del Coliseo de la Ciudad Deportiva alcanzó los cuatro millones de pesos, pero se construyó en tiempo récord, pues el 26 de febrero de 1958 abría sus puertas al público por vez primera con una pelea de boxeo entre el campeón mundial de los pesos ligeros Joe Brown y el cubano Orlando «El Zurdo» Echeverría.

Desafortunadamente para los promotores del espectáculo (que incluso fue televisado por una cadena estadounidense) el show no duró nada, pues el campeón mundial puso fuera de combate al cubano Echeverría en el mismo primer asaltó.

Según cuentan algunos, con el objetivo de que la cosa durara y diera tiempo a promover el moderno Coliseo de la Ciudad Deportiva se había pactado con el americano Brown para que sobrellevar a su contrario (notablemente inferior), pero Echeverría le salió como una fiera, conectándole un par de golpes con la zurda que molestaron al campeón mundial… Y hasta ahí llegó la timba.