El antiguo cine Esmeralda, en la calle Monte No. 818 entre Belascoaín y Arroyo era una sala de tamaño estándar, con capacidad para unas 700 personas en dos niveles.

Se inauguró en 1908 en una casa de vivienda que se adaptó para realizar proyecciones y fue uno de los primeros cines en funcionar en la ciudad. Entonces ocupaba el No. 242 de la calle Monte y las guías lo recogen de forma intermitente desde entonces, por lo que es probable que permaneciera cerrado por algunas temporadas.

El cine Esmeralda en 1908 con su fachada de estilo Art Nouveau. Entonces ocupaba el No. 242 de la calle Monte.

Su primer propietario fue Antonio Díaz Blanco, quien a poca distancia poseía el imponente Palacio Díaz Blanco de estilo modernista.

Precisamente, Art Nouveau fue toda la fachada del Esmeralda cuando fue reconstruida por el arquitecto Alberto de Castro (el mismo de la Casa Crusellas en la calle Reina), con enormes ménsulas en forma de atlantes, profusión de flores y formas ondulantes.

En 1925 el Esmeralda cambió su impresionante fachada Art Nouveau por una ecléctica, con inclinaciones hacia el renacimiento español, que se ha conservado hasta nuestros días y que cede mucho a la primera en valores artísticos.

No se debió el cambio a un capricho de la administración, sino a una falla estructural del edificio que obligó a una severa reforma:

En la planta baja quedó un solo intercolumnio con un arco carpanel sustentado por sendos pares de columnas salomónicas sobre pedestales. Se eliminaron las cornisas y construyó un balcón cerrado con tejadillo, perforado por cuatro ventanas con persianería francesa, enmarcadas por arcos y separadas por minúsculas columnillas.

Zardoya Laureada, María Victoria y Marrero Oliva, Marisol. «Los primeros cines de La Habana». Arquitectura y urbanismo. Volumen XXV. No.2 de 2014.

Cine Esmeralda – Cine Placero

Desde sus primeros años fue el cine Esmeralda uno de los llamados «cines placeros», junto a los desaparecidos Prat y Gloria, los cuales encontraban su clientela fundamental entre los trabajadores y abastecedores del Mercado Único.

Para adaptarse al horario de sus clientes, el Esmeralda ofrecía funciones a las 12:00 de la noche, a las que asistían los vendedores con sus canastas para luego pasar la madrugada a la espera de que abriera la Plaza de Cuatro Caminos.

Detalle de la fachada actual del cine Esmeralda

Como sucedió con todos las salas cinematográficas del país, el cine Esmeralda fue nacionalizado por el Estado cubano después de la Revolución de 1959. Primero fue administrado por el ICAIC y después paso al control del gobierno local. En este último período, se aceleró el deterioro de la instalación producto del paso del tiempo y la falta mantenimiento.

Finalmente el cine Esmeralda cerró a inicios de la década de 1990 para nunca más abrir sus puertas como sala de proyección.

En la actualidad el inmueble, que permanece en muy malas condiciones, está ocupado por una compañía artística.