El bello edificio de Prado y Trocadero fue en sus inicios sede de la Asociación de Dependientes del Comercio (también conocido como Centro de Dependientes), y hoy sirve sede a la Escuela Nacional de Ballet de Cuba.

Inaugurado el 4 de agosto de 1907; la obra civil estuvo a cargo del ingeniero Arturo Amigó Gassó y la decoración interior por el arquitecto español Tomás Mur.

Centro de Dependientes, un club de lujo

En sus inicios el Centro de Dependientes contaba con biblioteca, salones de esgrima, gimnasia, billar, academia de dibujo, música y baile. Caracterizan la instalación sus dos monumentales escaleras y el otrora salón de fiestas, el mas famoso de su época.

La fachada está resuelta en los códigos del Renacimiento de origen veneciano, con su esquina achaflanada, rematada por un bello mirador muy bien conservado hasta hoy día.

El edificio ocupa un área de 3 871 metros cuadrados, 45.12 son al frente por Prado y 89 al fondo. Fue, junto al Centro Gallego y el Asturiano uno de los edificios mas importantes de la Habana, de los primeros de hormigón armado con una gran profusión de mármoles y luminarias, una verdadera joya arquitectónica.

Durante sus mas de cien años de existencia ha sido sede de diferentes instituciones, como el Centro Provincial de Esgrima y Gimnástica, incluso, en su planta baja funcionó durante muchos años un cine: el Negrete.

La Asociación de Dependientes del Comercio o Centro de Dependientes desempeñó un destacado y singular papel en la sociedad habanera durante décadas, con un loable aporte socio cultural, al igual que hoy en día lo hace la institución que ocupa este bello inmueble.


Uno de los salones del espectacular Centro de Dependientes. En ellos se enseñó dibujo, danzas españolas, gramática, solfeo y piano. Como sociedad de ayuda mutua, el Centro de Dependientes no hizo diferencias entre los asociados más pobres y los más ricos.

El edificio, cuidadosamente restaurado y adaptado se convirtió en sede de las Escuela Nacional de Ballet a partir del año 2000.