El origen del castillo de Atarés se remonta a la toma de la Habana por los ingleses en 1762. Tras recuperar los territorios perdidos, el alto mando español determinó la necesidad de fortificar más la zona de la bahía habanera.

Para ello se emprendió la construcción de diversas fortificaciones en toda la zona, al final de esta se ubicó el castillo de Atarés, que terminaría dando nombre a la barriada circundante, con la fundamental labor de proteger el fondeadero portuario donde los ingleses habían desembarcado con la acostumbrada flema que los caracteriza, sin que sufrieran oposición alguna por parte de las tropas que debía proteger la próspera villa.

Origen del nombre Castillo de Atarés

Para realizar dicha obra se nombró al ingeniero militar Agustín Krame, el reconstructor de la fortaleza de San Salvador de La Punta. Casi cuatro años tardó en realizar el encargo, y fue inaugurada en 1767 por don Ambrosio Funes de Villalpando, Conde de Ricla y Capitán General de la Isla en aquel momento. El castillo toma el nombre de sus padres que eran los condes de Atarés.

La fortaleza no presentaba ninguna característica innovadora con respecto a sus similares de aquella época, con forma de hexágono regular. Un foso externo dificultaba el acceso para los hipotéticos invasores, en el interior un cuartel, aljibe y varios almacenes de provisiones junto al arsenal y las oficinas conformaban el total de las estancias de la instalación militar.

Por su ubicación al fondo de la bahía de La Habana, la función del fuerte estaba limitada a disparar sus baterías sobre aquellas fuerzas que superasen los, mejor apertrechados, bastiones en la entrada del puerto. Aparte de esta labor activa como soporte ante una eventual invasión el fuerte servía de alojamiento para las tropas encargadas de responder a dicho ataque, y como atalaya gracias a su altura sobre el nivel del mar, que le permitía disparar a cualquier objetivo en 360 grados.

En el año 1861 fue reconstruido y su guarnición mejorada a 90 hombres y 26 piezas de artillería.

Durante la República fue escenario (sobre todo durante el gobierno de Gerardo Machado 1925-1933) de acciones represivas contra los levantamientos populares. Allí se cometieron torturas, asesinatos y otros crímenes que marcaron con su impronta siniestra los primeros tiempos de la vida republicana en Cuba.

Actualmente es un museo del período colonial.

(*)El título se refiere a que entró en combate producto de una insubordinación, nada que ver con su objetivo constructivo que queda explicado en el articulo. Sólo ha entrado en combate una vez en la historia: en 1933, cuando fue sitiado por el ejército cubano y las milicias del DEU y bombardeado brutalmente hasta que se rindieron los elementos que se habían alzado contra el gobierno provisional de Grau San Martín. La Marina de Guerra le bombardeó desde el puerto, y el ejército colocó artillería en la Loma del Burro y en la azotea del Mercado de Cuatro Caminos.