La bella mansión de 5ta Avenida No. 1802 esquina 18, Miramar (actual Embajada de Vietnam), que fuera la residencia familiar de Nicolás del Castaño Padilla y su segunda esposa desde 1919, Matilde Montalvo Franco.

Nicolás del Castaño fue un importante comerciante, propietario de una consignataria de buques y terrateniente cienfueguero, perteneciente al clan de los Castaño (sobrino del vasco Nicolás del Castaño Capetillo, el propietario con la mayor fortuna de Cuba a principios del siglo XX).

Concejal durante el régimen autonómico y en la Primera Intervención Americana, Nicolás del Castaño fue luego uno de los principales accionistas del Banco Continental desde su fundacion en 1943 y además director y consejero del Banco Territorial de Cuba y copropietario oculto del Mercado Único de La Habana.

Palacete de Nicolas del Castano en Miramar
Antiguo palacete de Nicolás del Castaño en 5ta Avenida y 18, Miramar, actual embajada de Vietnam en Cuba fue un proyecto de Morales y Compañía Arquitectos.

Secuestro de Nicolás del Castaño

De aquí salió en su Ford la mañana del lunes 9 de diciembre de 1935 Nicolás Castaño; y, al pasar el Puente de Pote sobre el río Almendares, fue detenido en la calle Calzada y secuestrado por un comando de la Joven Cuba.

Lo llevaron a una de las numerosas cuevas existentes en la zona agreste de San Antonio de las Vegas, al suroeste de San José de las Lajas, donde le hicieron firmar una carta pidiéndole 300 mil pesos de rescate a Rogelio Díaz Pardo, esposo de su prima Josefina del Castaño Montalván, Gerente de «Viuda e Hijos de Nicolás Castaño» (Capetillo), un almacén mayorista del sector de los víveres y copropietario del Mercado Único.

Pronto se desató una intensa búsqueda que involucró a cientos de efectivos militares y policías.

Sin embargo, tras un primer pago de 10 mil pesos a los secuestradores, una patrulla de la Guardia Rural que casualmente buscaba por la zona a unos ladrones de ganado, oyeron ruidos por la cueva y tras una escaramuza con los secuestradores, liberaron al millonario cienfueguero.

Llevado al cuartel de la Guardia Rural de San Antonio de las Vegas, Nicolás del Castaño llamó al despacho de su yerno Rodolfo A. Maruri Guilló, y hablando con su hija Mercedes del Castaño Intriago, les contó que estaba bien…

«(…) pero un poco cansado… «

Bibliografía consultada

  • Briones Montoto, Newton. «Aquella decisión callada. Editorial Ciencias Sociales. 1998.