Sobre la estancia de Carlos Manuel de Céspedes en La Habana poco hay para contar. Sus biógrafos apuntan que estuvo entre tres y cuatro años en la ciudad, centrado en los estudios de Derecho que luego seguiría en la Universidad de Cervera en Cataluña donde, imbuido por los nacionalistas catalanes, radicalizaría sus ideas independentistas.

Estas ideas se pueden rastrear desde los primeros escritos que se conservan de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria Cubana, quien además fue un tenaz escritor, poeta y ajedrecista. Incansable en su ideal de una Cuba gobernada por cubanos y alejada del poder colonial.

Carlos Manuel de Céspedes en La Habana

A esta ciudad llegó en 1835 como estudiante, aquí permanecería hasta 1838. Le tocó una época compleja en la capital, al auge constructivo del represivo Capitán General Miguel Tacón se oponía un ambiente de sano criollismo manifestado en figuras como el Conde de Villanueva, enemigo público de Tacón, y las ilustres figuras de los pensadores José de la Luz y Caballero y José Antonio Saco. Este último sería expulsado de la isla por Tacón antes de que Carlos Manuel de Céspedes abandonara la ciudad.

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Detalle de la estatua de la Plaza de Armas, la huella más reconocida de la presencia del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes en La Habana

Un año antes de la presencia de Carlos Manuel de Céspedes en La Habana, fue erigida la estatua de Fernando VII, el rey Felón o el VIl como se lo conoció, en la plaza de Armas de la ciudad. Frente al Palacio de los Capitanes Generales y el Palacio del Segundo Cabo. Casi 120 años después una estatua de Céspedes haría justicia al ímpetu independentista de los criollos, desplazando al repudiado rey a un lateral de la propia plaza.

En 1835 se traslada a La Habana y es alumno del Seminario de San Carlos. Repara en este hecho singularísimo: del Seminario de San Carlos, honrado ya por el magisterio insigne de Varela y Saco, grandes creadores de conciencia cubana; del Seminario de San Carlos, donde en 1820 se funda la primera cátedra de Derecho Constitucional que se crea en nuestra América, y cuya verdadera trascendencia política encontramos en la lección inaugural del Padre Varela.

Nuestro filósofo decía con ingenuidad: «no acierto, señores, a llamar esta cátedra de otro modo que cátedra de la Libertad». En torno a Carlos Manuel de Céspedes, futuro primer Presidente de la República en Armas, había en aquellos años estudiantiles de La Habana, un ambiente de clara y profunda cubanidad. Graduado de Bachiller en 1838 Carlos Manuel de Céspedes en La Habana emprende un viaje por Europa…

Sobre la presencia de Carlos Manuel de Céspedes en La Habana escribe José María Chacón y Calvo en su Elogio de Carlos Manuel de Céspedes. Abril 18, de 1938.
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Casi desconocida, la Avenida Carlos Manuel de Céspedes confluye con la Avenida de Rancho Boyeros en la Avenida de la Independencia, por detrás de la antigua Plaza Cívica, nombrada actualmente de la Revolución

Céspedes en el trazado urbano habanero

La Plaza de Armas, donde se encuentra la primera estatua de Carlos Manuel de Céspedes en La Habana y en Cuba, llevó desde 1923 su nombre de forma oficial, aunque por razones de uso coloquial apenas se usa.

Tardarían más de treinta años en hacer justicia a su memoria los cubanos de los primeros años de la República, pero como contamos en este artículo (leer más aquí) finalmente se le hizo justicia en 1955, gracias al interés de Luis del Pozo, con la colocación allí de su estatua.

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En el año 1949, en el entonces instituto de la Víbora, se develó un busto en la confluencia de las calles Carmen y Párraga. En la actualidad está frente al IPU Orestes Reine

Hoy en día la Plaza de Armas mantiene el antediluviano topónimo. Es el cercano parque que se encuentra frente al palacio de Pedroso, cercano a donde estuvo la Maestranza de Artillería, el cual posee ahora el nombre Carlos Manuel de Céspedes, aunque de forma coloquial sigue siendo conocido como «de la Maestranza». Este tramo del Malecón lleva el nombre del insigne bayamés a raíz del decreto ley del 13 de enero de 1935, el cual designó el tramo de la ampliación del malecón delimitado por el Castillo de La Punta y la entonces Capitanía del Puerto, cercana a la Plaza de Armas, como Avenida de Carlos Manuel de Céspedes.

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La suerte de Carlos Manuel de Céspedes en La Habana no mejora, pues existe confusión en algunas fuentes. Con la consolidación de los terrenos al oeste del Almendares y la urbanización de la playa de Marianao surgió la iniciativa de nombrar al tramo final de la Quinta Avenida de Miramar -conocido actualmente como Avenida de las Américas-, en honor a Carlos Miguel de Céspedes, uno de los promotores urbanísticos de esta zona y Ministro de Obras Públicas del general Machado durante su presidencia.

En muchas postales -como la que reproducimos a continuación- se le llama simplemente Avenida de Céspedes o Carlos M. Céspedes, contribuyendo a la confusión con el el nombre del Padre de la Patria. Algo así ocurrió también con el monumento en la intersección de Carlos III y Avenida de los Presidentes que llevaría su nombre y que no se terminó construyendo.

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Por razones históricas o sociales el nombre de Carlos Manuel de Céspedes no ha conseguido arraigar demasiado en la capital, aunque los intentos del antiguo ayuntamiento y de los gestores del trazado urbano hayan sido constantes para perpetuar su nombre y su historia en la capital.