Dicen que cuando Cándido Fabré se encarama en un escenario la cosa va para rato y que no todos los músicos y bailadores le pueden seguir la rima, pues con el micrófono en la mano, se sabe cuando se empieza, pero no cuando se termina. De ahí que allá, en la tierra oriental, de donde es orgullosamente oriundo le llamen «El Amanezco».

Cándido Fabré Fabré nació en San Luis, Santiago de Cuba, Oriente, el 20 de septiembre de 1959. Su padre era tresista y su hermano cantante, por lo que la música no le fue ajena en la cuna, que siempre estuvo rodeada de bembés.

Muy jovencito, con sólo 15 años, se unió a la Orquesta de los Hermanos Salazar, con la que se enfrentó a sus primeros carnavales en Santiago de Cuba, una prueba de ron y fuego que no todos pasan. Luego pasaría al combo «Los Samuráis» en Palma Soriano, en el que permaneció cinco años como la gran estrella. Ya en ese entonces el nombre de Cándido Fabré sonaba en el ambiente musical de la capital oriental.

Cándido Fabré y su banda en concierto
Cándido Fabré y su banda en concierto

Cándido Fabré y la música popular

Tras un impasse casi obligado por el servicio militar, Cándido volvió a la carga en la orquesta de su hermano, en el conjunto Rumbabana y en la Original de Manzanillo, lo que ya significaba tomar por asalto las palabras mayores.

Con la Original de Manzanillo, Cándido Fabré grabó su primer disco y volvió a cantar en los carnavales de Santiago de Cuba, donde hizo gala de su notable capacidad de improvisación y resistencia casi infinita sobre el escenario.

Una década permaneció Cándido en la Original, hasta 1993, en que decidió crear su propia agrupación, «Cándido Fabré y su banda».

Desde entonces se ha mantenido fiel a un estilo interpretativo que le ha ganado una legión de fieles seguidores y otros tantos detractores. Para los primeros, el cantante oriental es un genio de la música popular que enerva multitudes, para los segundos se trata sólo de un músico menor, que ha sido inflado por los medios de la Isla y que si bien atrae con sus voz aguardentosa a los estratos más bajos de la sociedad, no ha realizado ningún aporte digno de mérito.

Estas posiciones en los extremos suelen estar muchas veces motivados por los posicionamientos políticos que en determinados momentos de su carrera profesional ha asumido Cándido Fabré como figura pública y que no se encuentran para nada vinculados con su calidad como compositor y cantante.

Cándido Fabré canta «A la hora que me llamen voy»

Cándido Fabré es uno de los poquísimos músicos cubanos de «provincia» que tras alcanzar el éxito y el reconocimiento popular no se ha mudado y establecido su residencia en La Habana (si bien pasa largas temporadas en la capital por cuestiones de trabajo). Él lo explica diciendo que es «oriental», «orientalísimo»:

«Alguien tiene que quedarse en esta región para seguir representando desde aquí al oriente que es seguir representando a un solo país que se llama Cuba.»

Entrevista con Cándido Fabré (2013)