La calle Ejido (también nombrada de forma incorrecta en muchos documentos y medios como calle Egido) , cuyo nombre oficial es Avenida de Bélgica (que también comprende la calle Monserrate) se extiende desde Lamparilla, hasta su continuación en la calle Moserrate.

Allí comenzaban los ejidos de la ciudad (de ahí su nombre) y a su vera se asentaron, por disposición de las autoridades coloniales, muchos de los cabildos de nación africanos.

Fue la calle Ejido una de las últimas calles trazadas en la parte más antigua de la ciudad pues su estuvo ocupada antaño por las murallas en el espacio donde convergían las entradas de Tierra, del Arsenal y de Puerta Cerrada.

De la calle Ejido a la Avenida de Bélgica y viceversa

El 20 de noviembre de 1918, el Ayuntamiento de La Habana tomó el acuerdo de renombrar la calle Ejido y su consecutiva, la calle Monserrate, como Avenida de Bélgica.

Respondía el acuerdo a la intención del gobierno cubano de honrar a las potencias aliadas que habían combatido a los imperios centrales durante la Primera Guerra Mundial.

Cuando en 1936, el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring propuso que se restituyeran los nombres antiguos de las calle habaneras, la antigua calle Ejido estuvo entre las excepciones que no lo recuperó, conservando el de Avenida de Bélgica (aunque ese nombre nunca ha prendido en el imaginario popular de los habaneros). La razón que esgrimió el Ayuntamiento para conservar el del país europeo fue que:

«Por tratarse de una nación amiga, a cuyo lado estuvo Cuba durante la Primera Guerra Mundial, proponemos se conserve para esta calle y para su continuación, la de Monserrate, el nombre de AVENIDA DE BÉLGICA.»

Fue la calle Ejido una gran avenida comercial en la que existieron durante la República algunos modestos hoteles que eran utilizados, sobre todo, por aquellos viajeros que llegaban o tomaban tren en la colindante Estación Central de Ferrocarriles: entre los más importantes se pueden mencionar al Bostón, al San Carlos y al Las Villas, todos desaparecidos.

Puerta del Palacio de Villalba. Calle Ejido
Puerta del Palacio de Villalba. Calle Ejido

Existían, además en la calle Ejido varios sitios de interés turístico, como el imponente Palacio de las Ursulinas con su hermosa fachada de arabescos que hoy es una casa de vecindad; el muy deteriorado Palacio de los Condes de Casa Moré y el Palacio de Balboa (que en la República fueraocupado por el Gobierno Provincial y que hoy se conserva en muy buenas condiciones bajo la administración de la OSRI) y varios de los mayores fragmentos de la Muralla de La Habana que se conservan la ciudad, incluyendo las únicas puertas que han llegado hasta nuestros días.

Por último se encuentran en la calle Ejido, aunque muy lejos de lo que en sus mejores tiempos fueron, dos famosos restaurantes habaneros: El Baturro y el Puerto de Sagua, especializados en mariscos y comida española respectivamente.