La calle Amistad en el municipio de Centro Habana se extiende de norte a sur (aunque de forma irregular, con ligeras inclinaciones al sureste y al suroeste) a lo largo de 13 manzanas, desde su nacimiento en la calle Trocadero, hasta su conclusión en la calle Monte.

En la actualidad posee un carácter marcadamente residencial, a consecuencia de la desaparición a partir de 1959 de los numerosos pequeños comercios que en el pasado se agolpaban en sus aceras y la reconversión de estos en viviendas. Sólo en las cercanías de las vías más importantes que cruza la calle Amistad (Neptuno, San Rafael, Dragones, Reina y Monte) se ha mantenido alguna actividad comercial y de servicios, pero para nada comparable con la que en el pasado disfrutó.

A partir de la calle Dragones y hasta Monte – en sus últimas tres manzanas – los edificios de la calle Amistad comienzan a tener portales, por encontrarse de frente al Parque de la Fraternidad; siendo este el único tramo de la calle que presenta esta característica.



En esas tres manzanas se ubican o en algún momento se ubicaron varios de los edificios más notables de la calle: los hoteles Perla de Cuba (ya desaparecido) y Nueva Perla de Cuba (convertido en edificio residencial y en estado ruinoso), el supermercado SEARS (hoy Palacio Central de la Computación) y el Palacio de Aldama, el más notable de los edificios neoclásicos cubanos construidos durante el siglo XIX.

De la calle Amistad a la calle Aldama y viceversa

El origen del nombre «Amistad» no ha podido ser precisado, pero sí se conoce que la calle se trazó en fecha tan temprana como el año 1735, aunque con otra orientación, siendo rectificada en 1818, año desde el cual quedó la calle Amistad con la dirección que tiene actualmente.

Por acuerdo del Ayuntamiento de La Habana – uno de los primeros que se tomó en cuanto a cambios de nombres de calles se refiere y que llegarían a ser muy numerosos en las primeras décadas de la República – se decidió, el 23 de abril de 1903, cambiar el nombre de calle Amistad por el de calle Aldama, en honor al patriota habanero Miguel Aldama, que viviera en el suntuoso palacete donde radica hoy el Instituto de Historia de Cuba.


Palacio de Aldama en la calle Amistad

El majestuoso Palacio de Aldama, el más impresionante de los edificios neoclásicos construidos durante el siglo XIX en Cuba


En 1936, a sugerencia del Historiador de la Ciudad Emilio Roig de Leuchsenring, y durante la alcaldía de Guillermo Belt Ramírez, el presidente de la República, José Agripino Barnet y Vinageras firmó una ley mediante la cual quedaban restaurados la gran mayoría de los nombres tradicionales de las calles habaneras, entre ellos el de la calle Amistad.

En desagravio a Miguel Aldama, Emilio Roig sugirió que el parque (parte integrante del conjunto del Parque de la Fraternidad Americana) que se encuentra justo frente al palacete en que viviera el potentado criollo, y en cuyo centro existía ya en ese entonces un busto en bronce del patriota, pasara a llamarse Parque Miguel Aldama, propuesta que había sustentado en 1928 la Comisión de Historia Ornato y Urbanismo.