La Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, la más importante y completa entre las bibliotecas de La Habana y el país, se encuentra situada en Avenida de la Independencia y 20 de Mayo, Plaza de la Revolución.

Fundada el 18 de octubre de 1901 durante la primera ocupación norteamericana, en un humilde salón del Castillo de la Real Fuerza, constituye hoy uno de los pilares sobre los que se asienta la cultura de la nación.


Domingo Figarola Caneda, primer director de la Biblioteca Nacional de Cuba

Domingo Figarola Caneda (1852 – 1926) fue el primer director de la Biblioteca Nacional de Cuba. Comenzó por donar a la institución su colección personal; y, en muchas ocasiones, a lo largo de esos primeros y difíciles años, pagó de su propio bolsillo los gastos de mantenimiento y personal. Que haya sobrevivido la Biblioteca Nacional, en medio del desinterés general de las autoridades se debe en gran medida a él.


El edificio de la Biblioteca Nacional

Por la Ley No. 20 de 1941 el Estado cubano dispuso un impuesto de 1/2 centavo por cada saco de azúcar de 325 libras con el objetivo de construir un edificio moderno que sirviera de sede a la Biblioteca Nacional que en ese momento se encontraba hacinada en el Castillo de la Fuerza, su locación fundacional, tras haber sido desalojada de la antigua Maestranza de Artillería.

El dinero así conseguido fue a parar a manos de una Junta de Patrones que, mientras esperaba por disponer de las cantidades necesarias para la construcción de la nueva sede, se dedicó a administrar y enriquecer el fondo bibliográfico de la institución que al clarear la década del 50 era ya el más importante del país.

Conformaban dicha junta gestora prestigiosas figuras públicas del país: Estaba presidida por el historiador Emeterio Santovenia y formaban parte de la misma Aurelio Portuondo (que era el tesorero), Tomás Puyán, Mario Guiral Moreno, Antonio María Eligio de la Puente, Guillermo de Zendegui, Lilia Castro de Morales, Inés Segura Bustamante, Ricardo Mestre Llano, José Luciano Franco y Fernando Ortiz.

Sería, precisamente, por iniciativa de Don Fernando Ortiz, que la Junta de Patrones acordaría en 1949 nombrar como «José Martí» al nuevo edificio de la Biblioteca Nacional, para cuya construcción adquirió, a un coste de 300 000 pesos, un lote de terreno en las cercanías de la antigua Ermita de los Catalanes, donde se proyectaba la nueva Plaza Cívica de la República.

Se adjudicó el proyecto a la prestigiosa firma de arquitectos Govantes y Cabarrocas, quienes concibieron un edificio de estilo moderno y funcional, cuyo elemento primario es la torre de 15 pisos, destinada a atesorar los libros y en torno a la cual gira toda la dinámica de los dos pisos que la rodean en la base.

En la construcción, que comenzó el 28 de enero de 1952 y fue ejucatada por el Ministerio de Obras Públicas, se emplearon materiales de primerísima calidad, lo que, unido a la belleza del proyecto de Govantes y Cabarrocas, dio al traste con la inauguración el 21 de febrero de 1958 de uno de los inmuebles más hermosos del conjunto de la Plaza Cívica.



Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, que pasó a ser dirigida por la Dra. María Teresa Freyre de Andrade se enriqueció notablemente con los fondos raros y valiosos, procedentes de las instituciones y empresas que pasaban al control directo del Estado cubano y, sobre todo, de las colecciones privadas que dejaban detrás las personas que abandonaban el país, inconformes con el rumbo político que iba tomando la Isla.

La Biblioteca Nacional hoy

En la actualidad el Catálogo de la Biblioteca Nacional de Cuba pone a disposición del público cientos de miles de materiales, divididos en libros, publicaciones seriadas, fotos, mapas, música y carteles.

La entrada a la institución es libre, pero el acceso a los fondos depende del rango de los solicitantes: los fondos raros y valiosos, así como aquellos que se consideran como «reserva» se encuentran disponibles sólo para los investigadores debidamente acreditados.

También dispone la institución de un catálogo digital que puede ser consultado a través de su sitio web. Sin embargo, el número de materiales que se encuentra disponible para ser consultado en línea es irrisorio, si se toma en consideración la riqueza del fondo documental.

El 30 de junio de 2021 recibió la Biblioteca Nacional José Martí recibió la condición de Monumento Nacional.