El «Elegante de las Pistas, Alberto Juantorena Danger, llamado así por su forma de correr, limpia y sin artificios, es, sin lugar a dudas, una de las más grandes leyendas cubanas del deporte.

Nació el 21 de noviembre de 1950 en la oriental ciudad de Santiago de Cuba.

Por su elevada estatura (1.90) y habilidades físicas matriculó baloncesto en la Escuela Provincial de Perfeccionamiento Atlético de su provincia. Sin embargo, aunque consiguió hacer el equipo provincial de Oriente, la pelea estaba bien dura en una plantilla en la que se contaban Tomás Herrera y Alejandro Urgellés, entre otras estrellas.

Así que nunca jugó mucho y el entrenador José Soler, que atendía a los corredores, solicitó su pase para el atletismo; una decisión que fue avalada, en el Estadio Pedro Marrero de La Habana, por el polaco Zigmunt Zabierzowsky, responsable de los corredores del equipo nacional, cuando vio a Alberto Juantorena reventar los cronómetros en las pruebas de pista.

Alberto Juantorena, el «Elegante de las Pistas»

Zabierzowsky se convirtió en el entrenador de Alberto Juantorena y en muy poco tiempo pulió técnicamente el talento natural del cubano. Tanto así que al año siguiente de haberlo comenzado a entrenar se lo llevó a los Juegos Olímpicos de Múnich en los que Juantorena avanzó hasta las semifinales de los 400.

En 1973, Juantorena obtuvo su primer resultado internacional de importancia al ganar, el 18 de agosto, los 400 metros planos del Campeonato Mundial Juvenil, lo que fue decisivo para que fuera nombrado «Mejor Atleta del Año» en Cuba y Latinoamérica.

Era Juantorena un cuatrocentista puro, pero con unas condiciones físicas excepcionales que le permitían incursionar eventualmente en los 800; dos carreras muy diferentes, pues los 400 son de velocidad y los 800 de medio fondo.

Su polivalencia como corredor la demostró al más alto nivel cuando ganó las medallas de oro tanto en 400, como en 800 durante los Juegos Olímpicos de Montreal, convirtiéndose en el primero en conseguir esa hazaña.

Alberto Juantorena durante los Juegos Olímpicos de Montreal 76
Alberto Juantorena durante los Juegos Olímpicos de Montreal 76

Ese doblete lo repetiría en la Copa del Mundo de Düssedorlf 1977, año en el que dominó el ranking y que se puede considerar la epítome de su forma deportiva.

Desafortunadamente, la carrera deportiva de Alberto Juantorena no trascendió al ciclo olímpico. Recurrentes lesiones en las piernas y una úlcera de estómago lo mantuvieron apartado de un buen número de competencias.

La merma de su rendimiento deportivo se adivinó ya en los Panamericanos de San Juan 1979, en los que tuvo que una medalla de plata. Por esa razón se mantuvo casi un año si forzarse en competeción para tratar de llegar en la mejor forma a los Juegos Olímpicos de Moscú 80, en los que – a pesar del boicot de los países capitalistas, que sacó de competencia a muchos relevantes oponentes de – Alberto Juantorena no pudo pasar del cuarto lugar.

El Campeonato Mundial de Helsinki 1983 fue su última gran competencia tras una década en la élite. Allí se lesionó en un pie tras la primera ronda de los 800 metros y Juantorena decidió poner fin a su carrera deportiva, definitivamente.

Funcionario del INDER

Tras su retiro, Alberto Juantorena continuó muy vinculado al movimiento deportivo cubano, asumiendo diversas responsabilidades en el INDER, organismo rector del deporte en la mayor de las Antillas.

Entre las muy altas responsabilidades que ha desempeñado desde entonces se encuentran la de Presidente de la Federación Cubana de Atletismo, Vicepresidente del INDER y Vicepresidente de la IAFF.

Precisamente, la Federación Internacional de Atletismo le dio entrada, en junio de 2012, a su Salón de la Fama; reconocimiento más que merecido para Alberto Juantorena, el «Elegante de las Pistas».