Más de seis décadas de existencia suman ya la Series Nacionales de Beisbol en Cuba y, mejores o peores, con mayor o menor calidad continúan siendo el principal espectáculo sociocultural de la mayor de las Antillas.

La pelota, como le llaman aquí a ese juego inventado por los «americanos» define a los nacidos en esta Isla y los enfrenta apasionadamente, en ocasiones mucho más de lo recomendable.

El primer juego de las Series Nacionales de Beisbol

El primer juego de la I Serie Nacional de Beisbol se jugó en el Gran Stadium del Cerro (hoy Estadio Latinoamericano), La más grande y moderna de las instalaciones del país y que hasta entonces había servido de sede a la Liga Cubana de Beisbol Profesional.

El Gran Stadium del Cerro (hoy Estadio Latinoamericano) sede del primer juego de las Series Nacionales de Béisbol
El Gran Stadium del Cerro (hoy Estadio Latinoamericano) sede del primer juego de las Series Nacionales de Béisbol

De hecho, y por no violentar la costumbre de los aficionados – muchos de los cuales dudaban del éxito del nuevo torneo tras la desaparición de la escena deportiva de los equipos tradicionales de la fanaticada beisbolera – la I Serie se jugó con un formato de cuatro equipos muy similar al de la desaparecida liga profesional cubana.

Las novenas fundacionales de la I Serie Nacional de Beisbol fueron Habana, Orientales, Occidentales y Azucareros.

Muchos creen de forma errónea que Industriales estuvo entre los equipos fundadores de las Series Nacionales de Béisbol, pero en realidad se incorporó a la lid en la II Serie, que por cierto ganó.

Curiosamente en el primer juego de la I Serie Nacional celebrado en el Gran Stadium del Cerro, en el corazón de la capital del país, el 14 de enero de 1962, se enfrentaron las novenas que representaban a la zona más oriental del pais: Azucareros y Orientales.

Por los Azucareros abrió Jorge Santín, quien se convirtió de esa forma en el primer pitcher en encaramarse en la colina de los martirio en Series Nacionales de Béisbol.

Santín caminó toda la ruta encadenado escones, por lo que también se anotó el primer juego completo, la primera victoria y la primera lechada. Entraría, además, en la historia al propinar el primer ponche (que se lo tomó el jardinero de Orientales Pedro Sánchez) y convertirse en el primer lanzador en conectar de hit, pues en ese tiempo lo pitchers bateaban.

El primer boleto lo recibió Andrés Telémaco de manos del mismo Jorge Santín en la primera entrada. El jugador de Orientales era el primero en pararse en el cajón de bateo y en llegar safe a una almohadilla en Series Nacionales de Béisbol.

En esa misma primera entrada, su compañero Bernardo Uset pegaba el primer hit de nuestros clásicos, pero las esperanzas de los Orientales quedarían congeladas en base.

La primera carrera anotada en Series Nacionales de Béisbol sería para los Azucareros de Antonio Castaño y llegaría en las veloces piernas del veterano Miguel Cuevas, quien se había robado antes la segunda base (la primera almohadilla estafada en Series Nacionales).

Miguel Cuevas anotó impulsado por un machucón por el cuadro del jardinero izquierdo Rafael Font (quien se apuntaría la primera carrera empujada). Por cierto, Miguel Cuevas hubiese sido out de no haber soltado la pelota el catcher César Torres, cuando colisionaron en el plato.

Por los Orientales abrió Ricardo Díaz Quesada, a quien le tocó entrar en los libros como el primer lanzador derrotado. Ernesto Verdecia lo sustituiría en el 7mo inning cuando ya los Azucareros habían colocado el juego de un solo lado.

Al final los del centro del país se llevarían ese primer histórico juego con marcador de seis carreras por cero.